El presidente ruso, Vladímir Putin, acusado por Occidente de permitir la sangrienta ofensiva de Damasco contra el bastión opositor de Guta Oriental, ordenó este lunes una tregua humanitaria desde hoy martes para evitar más víctimas civiles.

"Por orden del presidente ruso y con el objetivo de evitar víctimas entre la población civil de Guta Oriental, desde el 27 de febrero (...) se introducirá una pausa humanitaria", anunció Serguéi Shoigú, el ministro de Defensa ruso.

La tregua, que el ministro vinculó directamente con la resolución 2401 aprobada el fin de semana por el Consejo de Seguridad de la ONU, entrará en vigor diariamente a las 09:00 de la mañana y expirará a las 14:00 horas.

Rusia no se limitó a anunciar una tregua, sino que "abrirá un corredor humanitario para la salida de civiles" y la evacuación de heridos y enfermos de Guta Oriental.

Seguidamente, el Centro de Reconciliación Ruso con sede en la base rusa de Jmeimim en Siria precisó que las pausas humanitarias se producirán en las localidades de Duma y Arbil.

"Durante ese tiempo las fuerzas gubernamentales sirias cesarán sus ataques contra los terroristas", dijo el general ruso Yuri Yevtushenko.

El militar ruso se dirigió a los "terroristas" para que retiren las minas de las vías de acceso a los corredores humanitarios "para que la población pueda abandonar Guta Oriental".

Yevtushenko denunció que los terroristas retienen a cientos de civiles, incluidos mujeres y niños, a los que impiden abandonar el enclave, además de que siguen lanzando ataques de mortero contra Damasco, donde en la última semana habrían muerto cuatro personas y medio centenar habrían resultado heridas.

La resolución de la ONU, que Rusia aceptó no vetar sólo después de ciertos cambios, demanda "que todas las partes cesen las hostilidades sin retraso" y que se comprometan a mantener una "pausa humanitaria de al menos 30 días consecutivos en toda Siria".

Su principal objetivo es permitir la entrada segura de los suministros de ayuda humanitaria con destino a la población necesitada.

"Es hora de parar este infierno sobre la Tierra", había afirmado sólo unas horas antes en Ginebra el secretario general de la ONU, António Guterres.

Putin, que ya ha ordenado varios pausas humanitarias desde que las tropas rusas intervinieran en el país árabe en 2015, tomó la decisión tras abordar la escalada de tensión en Siria con su plana mayor, incluido Shoigú y el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.

En dicha reunión, según informó el Kremlin, también se denunciaron "las continuas provocaciones de los terroristas", que controlan Guta Oriental.

Precisamente, el Kremlin se comprometió a cumplir la 2401 con la condición de que no incluya a los "terroristas" y no suponga un obstáculo para las acciones militares de Damasco contra los yihadistas.

La postura rusa es bien conocida: hay que proteger a la población civil, pero la prioridad para la comunidad internacional debe ser acabar de una vez con todas con la amenaza terrorista.

Lavrov desveló la pasada semana que militares rusos "plantearon a los terroristas abandonar Guta Oriental por las buenas", pero éstos se negaron.

Al respecto, Guterres recordó hoy que las partes en conflicto y los países con influencia política y militar tienen "absoluta obligación de proteger a los civiles".

"Los esfuerzos por luchar contra el terrorismo no reemplazan estas obligaciones", destacó.

Putin viajó en diciembre a Siria para clamar victoria sobre el terrorismo yihadista tras la toma de Alepo, aunque desde principios de año se han intensificado de nuevo los combates en el país árabe, lo que ha agravado la situación humanitaria en la zona.

Aunque los combates no son tan intensos como a principios de la pasada semana, la ONU denunció que los bombardeos continuaron esta mañana y, de hecho, al menos 17 personas, entre ellas cuatro menores y una mujer, murieron hoy en los nuevos ataques, con lo que saldo mortal en Guta Oriental desde el 18 pasado supera el medio millar.

El Kremlin rechazó desde un primer momento las acusaciones de que estaba detrás de la matanza de civiles y culpó de la situación en Guta Oriental a "aquellos que apoyan a los terroristas que siguen allí presentes".

"Y, como ustedes saben, ni Rusia, ni Siria, ni Irán se encuentran en esa categoría", dijo Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin.