Las oportunidades comerciales y de inversión y la cooperación para la integración latinoamericana centraron la apuesta de la presidenta chilena, Michelle Bachelet, durante su visita oficial a Cuba, en la que se reunió con su homólogo Raúl Castro y que molestó a sectores políticos de su país.

Chile impulsa una política de "convergencia en la diversidad" para "poner énfasis en los acuerdos en vez de detenernos en diferencias", defendió la mandataria este lunes, segunda y última jornada de su visita, al inaugurar un foro sobre las perspectivas de comercio e inversiones entre su país y Cuba.

Aunque el comercio bilateral ha experimentado un fuerte crecimiento en la última década, Bachelet consideró las cifras aún "insuficientes" y destacó las oportunidades que se abren en la isla tras la aprobación de la Ley de Inversión Extranjera de 2014.

El país austral exportó a Cuba productos por valor de 35 millones de dólares en 2016, procedentes de más de 60 compañías chilenas de las que el 21 % son pequeñas y medianas empresas; mientras que las exportaciones cubanas a Chile alcanzaron los 4,3 millones de dólares.

Las inversiones de Chile en Cuba suman en la actualidad 52 millones de dólares y el número de turistas de esa nación que visitan el país caribeño aumentó de 17.500 en 2010 a más de 49.000 en 2015.

Las oportunidades de negocio que ofrece Cuba, junto con la cooperación bilateral, han sido las principales razones esgrimidas por el Gobierno chileno para justificar la visita de Bachelet en el penúltimo viaje oficial de su mandato, que concluirá el 11 de marzo próximo cuando traspase el cargo al presidente electo, Sebastián Piñera.

Sin embargo, este desplazamiento no ha sentado bien en sectores oficialistas y opositores de Chile, donde varios representantes políticos lo han considerado injustificado, han criticado que haya viajado "a despedirse de Raúl Castro" y han pedido a la gobernante que rechace "la violación a los derechos humanos" en la isla.

Bachelet sostuvo hoy conversaciones oficiales en un "ambiente fraternal" en el Palacio de la Revolución, sede del Gobierno, con su homólogo cubano, Raúl Castro, también en la recta final de su mandato, que concluirá en abril próximo.

Ambos mandatarios dialogaron sobre la "necesidad de fortalecer los nexos económico-comerciales y de cooperación y las inversiones", además de abordar la "situación regional e internacional y los desafíos de la integración latinoamericana y caribeña", según la nota oficial del encuentro divulgada por los medios estatales.

En la agenda oficial de la visita no figura, por contra, ningún encuentro con representantes de la disidencia interna del país caribeño, un hecho que también motivó hoy una crítica velada del presidente electo Piñera, quien aseguró en una rueda de prensa en Santiago que si él visitara Cuba se reuniría con la oposición.

Aunque durante su visita Bachelet no hizo alusión expresa a estas críticas, hoy sostuvo que "Cuba no debe ser una excepción" en la vigorosa actividad de los empresarios de su país en toda Latinoamérica, dado el "gran potencial" que ofrecen "los crecientes vínculos comerciales, pero sobre todo de cooperación y de amistad".

La cooperación fue el otro pilar de su visita a Cuba, donde Chile invierte alrededor de 1,5 millones de dólares en proyectos bilaterales y triangulares en áreas como la agroalimentación, la investigación médica, la formación universitaria y la seguridad alimentaria.

Bachelet desglosó los hitos de la cooperación bilateral con Cuba en un acto en la escuela pedagógica "Salvador Allende", a las afueras de La Habana, ante la ministra cubana de Educación, Ena Elsa Velázquez.

En ese escenario se firmó un convenio de colaboración entre el Hospital Doctor Exequiel González Cortés de Santiago de Chile y el Hospital Pediátrico Docente de Centro Habana, para el intercambio de información técnica, la realización de pasantías profesionales y la organización de eventos científicos.

"Tenemos la obligación moral de consolidar los avances logrados hasta ahora y seguir adelante en la construcción de sociedades con más justicia social y más equidad. Ese ha sido el gran objetivo de mi Gobierno y la razón que nos guía en el ámbito de la cooperación con los países amigos", señaló la mandataria.

La última vez que Bachelet viajó a Cuba fue en junio de 2016, cuando asistió en La Habana a la firma del histórico alto el fuego bilateral y definitivo entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, alcanzado tras años de conversaciones de paz en la capital cubana.

Además, en 2009 -durante su primer mandato- se convirtió en el primer jefe del Estado chileno en viajar a Cuba desde 1972, una estancia durante la cual visitó al ya retirado entonces expresidente Fidel Castro, fallecido en 2016.