Con un funeral de Estado, los rumanos y la realeza internacional rinden hoy su último tributo al rey Miguel I de Rumanía, fallecido el pasado día 5 a los 96 años en Ginebra (Suiza) tras una larga enfermedad.

Según fuentes de la Casa Real rumana, se espera que miles de personas asistan al sepelio que tendrá lugar después de una breve misa privada en el Salón del Trono del Palacio Real de la capital rumana, donde desde el miércoles ha estado la capilla ardiente.

Esas fuentes indican que unas 30.000 personas han pasado a despedirse del rey el Palacio Real, edificio que en la actualidad alberga el Museo de Arte Nacional.

De allí, el féretro con los restos mortales será trasladado hoy a la plaza exterior del edificio, donde se celebrará una ceremonia militar y religiosa antes del iniciarse el cortejo fúnebre, que marchará a paso lento hasta la Catedral del Patriarcado, donde tendrá lugar el funeral de Estado celebrado por el rito ortodoxo.

La Casa Real rumana informó de que al oficio asistirán los reyes eméritos de España Juan Carlos y Sofía; los reyes de Suecia, Carlos Gustavo XVI y Silvia; el príncipe Carlos de Gales; el exrey de Bulgaria Simeón II; Ana María de Grecia; y la princesa Muna de Jordania, entre otros.

Cuando termine el servicio religioso, la familia real rumana y sus invitados tomarán el tren real que les conducirá hasta Curtea de Arges, a 155 kilómetros de Bucarest.

En la Nueva Catedral Ortodoxa de esta localidad se oficiará otra misa y se procederá al sepelio en el Mausoleo real, donde ya reposa Ana de Borbón-Parma, esposa de Miguel Hohenzollern-Sigmaringen, fallecida en agosto de 2016.

La Iglesia ortodoxa anunció que en tres ocasiones distintas durante las ceremonias religiosas oficiales las campanas de todos los templos del país sonarán al mismo tiempo.

Miguel Hohenzollern-Sigmaringen, que reinó entre 1927 y 1930 y, luego, entre 1940 y 1947, cuando fue forzado a abdicar por el régimen comunista, no pudo regresar a Rumanía hasta 1997, ocho años después de la caída de la dictadura comunista.