El Reino Unido tendrá en la primavera de 2018 una boda real tras el anuncio hoy del compromiso del príncipe Enrique, hijo del príncipe Carlos y la fallecida Diana de Gales, con Meghan Markle, una actriz estadounidense divorciada de 36 años.

El nieto de la reina Isabel II, de 33 años, dijo sentirse "emocionado" al comparecer junto a su novia ante los fotógrafos en los jardines del palacio de Kensington, en el centro de Londres, donde la pareja vivirá después de la boda, en un lugar y fecha aún por determinar.

En una jornada gris, la pareja se dejó fotografiar unos instantes después de que el príncipe Carlos, a través de su residencia de Clarence House, hiciera oficial el compromiso.

"¿Cuándo supe que era ella la que quería? la primera vez que nos conocimos", contestó el príncipe cuando los reporteros gráficos le preguntaron cuándo supo que Meghan, de padre blanco y madre negra, era la mujer de su vida.

Muy sonrientes y visiblemente nerviosos, el príncipe llevaba un traje azul marino, mientras que su prometida, que iba con el pelo suelto, vestía un abrigo blanco con cinturón, de la casa canadiense Line the Label, sobre un vestido oscuro de P.A.R.O.H.

Ante la insistencia de los fotógrafos, Markle mostró el anillo de compromiso que le regaló el príncipe y que él mismo diseñó.

Según el palacio de Kensington, el anillo, de oro blanco y a cargo de los joyeros de la reina Isabel II Cleave Company, lleva en el centro un gran diamante de Botsuana y a ambos lados otros dos más pequeños que pertenecieron a la princesa Diana.

El príncipe Enrique, quinto en la línea de sucesión a la corona británica, se comprometió con la actriz a principios de mes y se lo ha comunicado a la reina Isabel II, según la nota oficial.

En virtud de la Ley de Sucesión de la Corona de 2013, el príncipe, al ser quinto en la línea de sucesión al trono, debía pedirle permiso para casarse a su abuela, jefa de Estado.

La pareja residirá en una pequeña casa adjunta al palacio de Kensington, donde vive actualmente el príncipe Enrique y también los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina.

La primavera de 2018 será de gran actividad para la familia real pues, además de la boda de Enrique, también se espera el nacimiento del tercer hijo de los duques de Cambridge.

Una vez que nazca este bebé, el príncipe Enrique quedará relegado en el sexto puesto de la línea sucesoria.

El príncipe de Gales dijo hoy que la pareja será "muy feliz", mientras que la reina Isabel II y el duque de Edimburgo admitieron estar "encantados" con la noticia.

Los duques de Cambridge destacaron, por su parte, que ha sido "maravilloso" conocer a Markle y verlos "tan felices juntos".

A través del palacio de Kensington, los padres de Markle, Thomas Markle y Doria Ragland, emitieron un comunicado en el que expresaron su "increíble felicidad por Meghan y Enrique".

"Nuestra hija ha sido siempre una persona amable y adorable. Verla unirse a Enrique, quien comparte las mismas cualidades, es una fuente de gran alegría para nosotros como padres", añadió la nota.

Markle, divorciada con residencia en Canadá, donde ha rodado la serie "Suits", fue vista en los últimos días en Londres, lo que había animado las conjeturas sobre el anuncio del compromiso.

Tras la boda, la actriz llevará el título de Su Alteza Real y se espera que la reina Isabel II le conceda a su nieto algún título nobiliario, que compartirá con su futura esposa.

Markle está divorciada del productor de cine Trevor Engleson, con el que se había casado en 2011 pero se divorció en 2013.

El príncipe Enrique no ha tenido los problemas para comprometerse como lo tuvo en 1936 su antepasado el rey Enrique VIII, que se vio obligado a abdicar para casarse con la divorciada estadounidense Wallis Simpson.