p> La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, ha confirmado el viernes que la salida del país de la Unión Europea se materializará a las 23.00 -- medianoche en España -- del 29 de marzo de 2019, según ha hecho saber la mandataria en un artículo para el diario británico ''The Telegraph''.

May ha respondido así al bloque comunitario que el jueves anunció que comenzaba a discutir a 27 un eventual pase a la segunda fase de las negociaciones con Reino Unido. Eso sí, desde Bruselas han advertido que lo harán "sin urgencia" si desde Londres no se aclara, antes de finales de noviembre y de manera definitiva, los derechos de los comunitarios y el precio a pagar por su salida de la Unión Europea.

"Que nadie dude de nuestra determinación o cuestione nuestro propósito de que el ''Brexit'' está ocurriendo", ha destacado la primera ministra, que quedó debilitada tras perder la mayoría absoluta en las elecciones generales del pasado junio.

Ésta es la fecha que aparecerá en el proyecto de ley sobre el ''Brexit'' que se debatirá la próxima semana en el Parlamento y que, una vez aprobado, autorizará a la desconexión del país de la UE.La primera ministra ha advertido de que no se tolerará "desde ningún lado para utilizar el proceso de enmiendas a este proyecto de ley como mecanismo para bloquear la voluntad democrática del pueblo británico al intentar ralentizar o detener nuestra salida de la UE", ha agregado.

POSIBILIDAD DE REGRESAR AL TRATADO DE LISBOA

Por su parte, John Olav Kerr, el experto legal que redactó el artículo 50 del Tratado de Lisboa que ha activado el Gobierno británico para abandonar la Unión Europea, ha asegurado el viernes que el protocolo de salida puede ser cancelado en cualquier momento y que la primera ministra del país está "confundiendo" a la población.

"Conforme van apareciendo informaciones nuevas, la gente cambia de opinión y no hay nada en el Artículo 50 que se lo impida. Creo que el pueblo británico tiene derecho a saber esto y no deberían confundirles", ha asegurado en declaraciones recogidas por el diario británico ''The Independent''.

Kerr no está solo en su opinión. Durante las últimas semanas, los asesores legales del Gobierno británico han confirmado que el proceso de salida de la Unión Europea puede anularse desde el mismo Parlamento británico si se decide que la permanencia en el bloque europeo obedece a los intereses nacionales.

Kerr, quien fuera embajador de Reino Unido ante la Unión Europea, ha criticado duramente al Gobierno por "dar la impresión de que han cruzado el Rubicón" y por "negarse a publicar los resultados de sus análisis legales".

"Se han cuidado mucho de decir que la primera ministra no puede dar marcha atrás en su palabra, y creo que sabemos por qué: por política. Los portavoces del Gobierno nos han dicho que se trata de un asunto de firmeza política, cuando en realidad la propia fórmula del artículo confirma que el Gobierno puede dar marcha atrás cuando le apetezca", ha añadido.

"SIN URGENCIA" DESDE LA EUROPA A 27

El jueves, la Unión Europea a 27 inició "sin urgencia" sus discusiones para preparar un eventual pase a la segunda fase de las negociaciones con Reino Unido --las que permitirán dibujar el marco futuro de las relaciones y prever un periodo de transición--.Los Estados miembros han fijado un calendario para preparar a nivel interno y técnico las directrices de negociación en lo que queda de mes, de modo que el debate político se pudiera iniciar a finales de noviembre y hubiera un borrador de mandato listo para la cumbre de diciembre.

Sin embargo, ese programa no se cumplirá "si no hay avances suficientes" en las próximas tres semanas, habida cuenta de que el 29 de noviembre es la fecha que se han dado para escribir ese posible borrador.

"Se crea una ventana de posibilidades bastante limitada porque exige grandes avances en apenas unas semanas", ha indicado una fuente europea familiarizada con la discusión, que ha apuntado que "a todos les preocupa el tiempo" que queda.

Los 27 tuvieron una primera reflexión el miércoles en Bruselas sobre el calendario y lo que deberá incluir el futuro mandato, una discusión que sirvió también para constatar la disposición de la UE a avanzar, pero dejando claro que no tienen la "urgencia" que ha expresado Londres por abrir la segunda fase, según han explicado fuentes diplomáticas a Europa Press.

Los tiempos preocupan a todos y así lo ha reiterado este mismo jueves el negociador de la Unión Europea para la salida de Reino Unido, Michel Barnier, quien horas antes de sumarse a la última ronda de negociaciones ha dicho desde Roma que "el tiempo corre" y "se acerca el momento de aclarar realmente" la situación.

Los equipos negociadores se reúnen ya en Bruselas en una breve ronda de día y medio en la que no se esperan progresos de calado, a pesar de que es la única programada por el momento.

DIRECTRICES PARA EL FUTURO

Por el momento se trata de una discusión preliminar sobre los asuntos que deben quedar cubiertos por las futuras directrices, tal y como se hizo al acotar el mandato para que Barnier negociara la primera fase, y también el periodo transitorio necesario para que las partes se adapten a la desconexión.

En este sentido, el objetivo es que el mandato para la segunda etapa se haga eco de las líneas rojas que se marcaron en las primeras directrices de abril de 2017, incluida la referencia a que "ningún" acuerdo entre la UE y Reino Unido se podrá aplicar al territorio de Gibraltar sin el consentimiento de España.

Un elemento que se recuerda en el primer documento de trabajo y sobre el que la delegación española incidió el miércoles para que se mantenga en todo papel posterior "sin cambios", han explicado fuentes europeas.

En el caso de la transición, los 27 apuntan en su primer documento de trabajo que debe ser un periodo "claramente definido y limitado en el tiempo" y estar sujeto a mecanismos claros de aplicación. No ponen número al periodo, pero recuerdan que el Gobierno de Theresa May quiere acordar dos años.

En cuanto a las relaciones futuras, la UE a 27 aspira a un acuerdo "ambicioso y equilibrado" en materia comercial, que sólo podrá cerrarse una vez se produzca el divorcio y que en ningún caso contemplará un acceso parcial al mercado único.

Además aboga por establecer "salvaguardas" contra el riesgo de una competencia desleal desde Reino Unido, para evitar que pudiera relajar las reglas que afectan a fiscalidad, medio ambiente o medidas sociales al convertirse en país tercero.

El bloque también apunta el interés de que los vínculos del futuro no se limiten únicamente a la relación comercial, sino que declara su disposición a establecer alianzas en asuntos clave como la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, la seguridad y defensa y política exterior.