Tailandia ultima los preparativos para el funeral del monarca Bhumibol Adulyadej, que murió hace hoy un año y será incinerado el próximo día 26 en un elaborado ritual en Bangkok al que está previsto que asistan representantes de las casas reales de diversos países.

El funeral, que transcurrirá entre el 25 y 29 de octubre, incluirá la celebración de ceremonias de religiosas en torno a la plaza de Sanam Luang, donde las autoridades han construido un monumento funerario que evoca la cosmología budista e hindú.

El centro de este complejo lleno de edificios y figuras mitológicas es una torre de más de 50 metros de altura que representa al monte mitológico Meru, que ocupa el centro del Universo y es la morada del dios Indra.

Boonteun Srivorapot, director del Departamento de Literatura e Historia del Ministerio de Cultura, explica que toda esta simbología procede en su mayoría del libro "Tribhumi" ("Los tres mundos"), creado por el rey Lithai del antiguo reino de Sukhothai en el siglo XIV.

"El diseño del monumento funerario real se construye a imagen del sagrado monte (Meru estará en el centro del monumento con los otros ocho picos representando diferentes niveles del universo)", señala el experto.

"La construcción del monumento refleja la creencia del Tribhumi. En Tailandia se construye este tipo de monumento funerario para los reyes, basada en la tradición, desde el reino de Ayuttahaya", entre los siglos XIV y XVIII, agrega Boonteun.

La gran estructura en Sanam Luang, que ha tardado más de diez meses en construirse, está poblada de deidades y animales mitológicos como el ave Garuda -vehículo del dios Vishnu-, las serpientes nagas o criaturas mitad pájaros mitad humanos.

Más de 12,7 millones de tailandeses, casi un cuarto de la población, han visitado desde el año pasado la sala del Gran Palacio Real donde se encuentra el féretro con los restos de Bhumibol, que murió a los 88 años y tras siete décadas en el trono.

En total, dejaron en el palacio más de 880 millones de bat (unos 26,5 millones de dólares o 22,3 millones de euros) en donaciones, con las que quieren hacer méritos para mejorar su karma.

El día 26, sus restos serán trasladados sobre un carro dorado a Sanam Luang en una multitudinaria procesión en la que participarán miles de guardias reales, sacerdotes hindúes y monjes budistas, y la incineración tendrá lugar por la noche.

Las cenizas del monarca se dividirán y serán depositadas el 29 de octubre en los templos Rajabodpidh y Bovoranives en la capital al final del funeral, cuyo presupuesto no ha sido revelado.

Según Boonteun, tradicionalmente el rey tailandés es considerado la reencarnación de once deidades hindúes o brahmánicos.

El experto explica que, en la tradición, al monarca se le considera un ser semidivino y que, tras su fallecimiento, su destino es renacer en un reino celestial (Tusita) antes de volver más tarde al mundo terrenal como el próximo Buda.

Bhumibol, que reinó con el título de Rama IX, fue hasta su muerte el único monarca que conocieron la mayoría de los tailandeses, que lo tenían como un ser casi divino, símbolo de unidad y guía de la nación.

La cremación permitirá poner en marcha los preparativos para celebrar la coronación oficial de su hijo Vajiralongkorn, que ascendió al trono en diciembre del año pasado.

El nuevo monarca, de 65 años, carece del prestigio cosechado por su padre, pero en los últimos meses ha cimentado su influencia asumiendo un mayor control del patrimonio de la corona, calculado en unos 35.000 millones de dólares (31.500 millones de euros), y de varias agencias relacionadas con la seguridad.

El reinado de Vajiralongkorn comenzó bajo el Gobierno militar del primer ministro y general, Prayut Chan-ocha, quien tomó el poder en un golpe de Estado en 2014 y recientemente ha anunciado que celebrará elecciones democráticas en noviembre de 2018.