Ayuntamientos y registros civiles de distintas ciudades alemanas abrieron este domingo de manera extraordinaria sus puertas para casar a parejas homosexuales el día de la entrada en vigor de la ley que legalizó el matrimonio de personas del mismo sexo.

En Berlín, Hamburgo o Hannover se registraron las primeras bodas de gais y lesbianas decididos a formalizar su relación en la primera jornada posible y convertirla en un símbolo de su lucha por la igualdad.

"Finalmente dejamos de ser parejas de segunda clase", señalaba a un grupo un periodistas extranjeros en vísperas de su enlace Bodo Mende, activista de 60 años que contrajo hoy matrimonio con su novio, Karl Kreile, tras casi cuatro décadas de relación.

La suya fue probablemente la primera boda del día, celebrada a las 09.30 horas (07.30 GMT) en el ayuntamiento del distrito berlinés de Schöneberg y rodeada de fotógrafos y cámaras de televisión para inmortalizar un momento más allá de lo íntimo.

Mientras, una quincena de parejas se preparaba para casarse pasado el mediodía en Hamburgo (norte) con todos los parabienes de las autoridades locales, que organizaron una recepción oficial en el ayuntamiento.

La ley que legalizó el matrimonio homosexual en Alemania se aprobó in extremis el pasado junio, al final de la tercera legislatura de la canciller, Angela Merkel.

Aunque ella votó "no", la mayoría del Parlamento se alineó con la mayoría social que reflejaba las encuestas y convirtió a Alemania en el decimocuarto país europeo en avalar el matrimonio homosexual, el número 23 en el mundo.

En este punto Alemania no fue precisamente el "motor" de Europa, bromea el presidente de la Federación de Gais y Lesbianas de Berlín y Brandeburgo, Jörg Steinert, recordando, como ejemplo, la aprobación de la ley en España en 2005.

En el caso de Berlín además, explica, la entrada en vigor de la ley se ha adelantado al ritmo de la burocracia y hasta 2018 no estará disponible el nuevo software, por lo que los cónyuges de las primeras parejas homosexuales que se casen aparecerán en el registro uno como "hombre" y el otro, como "mujer".

La anécdota, subraya, no empaña no obstante el "avance" que supone la norma y que evitará muchos trámites a gays y lesbianas que hasta ahora sólo se habían podido registrar como parejas de hecho, gracias a una ley que se aprobó en 2001.

Según las últimas cifras hechas públicas por la Oficina Federal de Estadística, en 2015 el censo recogía alrededor de 94.000 parejas del mismo sexo en Alemania y de ellas unas 43.000 se habían registrado formalmente.

El 1 agosto de 2001, nada más entrar en vigor aquella norma a primera hora de la mañana, Reinhard Lüschow y Heinz-Friedrich Harre fueron los primeros en dar el paso y registraron su pareja en Hannover (centro), escenario hoy de su boda, destaca la prensa local.

Bodo Mende y Karl Kreile se registraron un año después, con una "gran fiesta", recuerdan.

El matrimonio tenía para ellos hoy un significado "emocional y simbólico", en palabras de Mende, que destaca que la gran mayoría de las parejas de hecho en Alemania celebraban ya una "boda" y hablaban de "mi marido", ellos, o de "mi mujer", ellas.

Sin embargo, y aunque el Tribunal Constitucional fue avanzando progresivamente en la equiparación de derechos de las parejas homosexual, sólo la legalización del matrimonio, que lleva consigo el derecho a al adopción, acaba con todas las discriminaciones legales.

No pone fin, no obstante, a la lucha de los colectivos de gais y lesbianas contra la creciente homofobia. Según una encuesta realizada en 2016 por la Universidad de Leipzig (este del país), el 40 % ve "asqueroso" que dos personas del mismo sexo se besen en público (frente al 28 % que opinaba así en un sondeo similar de 2009) y casi un 25 % considera que la homosexualidad es "inmoral" (15,7 en 2009).