La Policía Federal registró hoy el domicilio del empresario que acusó de corrupción al presidente de Brasil, Michel Temer, así como la casa del exfiscal de la República Marcello Miller.

Joesley Batista, dueño del gigante cárnico JBS, se entregó la víspera a la policía después de que el magistrado Luiz Edson Fachin, el instructor del proceso en el Supremo Tribunal Federal (STF), ordenase la detención del empresario, autor de las denuncias que llevaron a la Fiscalía a solicitar la investigación por corrupción contra Temer.

Los agentes registraron también la vivienda de Ricardo Saud, un ejecutivo de JBS que fue asimismo arrestado la víspera por la policía.

La detención provisional de Batista y Saud fue ordenada tras la divulgación esta semana de la grabación de una conversación que da a entender que el empresario ocultó parte de las informaciones que sabía sobre la trama de corrupción en Brasil.

El empresario disfrutaba de libertad gracias a que llegó a un acuerdo con la Fiscalía que le garantizó inmunidad a cambio de señalar a los cerca de mil políticos a los que le pagó sobornos para que beneficiaran los negocios de su conglomerado, incluyendo a Temer.

El Supremo aceptó la prisión de Batista y Saud, pero rechazó la petición de cárcel contra el exfiscal Marcelo Miller, acusado de haber orientado la confesión de los ejecutivos del grupo cárnico para obtener todos los beneficios de los acuerdos de delación, los cuales fueron suspendidos temporalmente hasta la decisión de la máxima corte.

La vivienda de Miller fue registrada en Río de Janeiro por la policía con autorización del Supremo para buscar documentos que prueben la relación entre el exfiscal y los empresarios del grupo JBS.

La defensa de Marcelo Miller "repudió de forma vehemente el contenido fantasioso y ofensivo de las menciones a su nombre en las grabaciones divulgadas en la prensa y reitera que jamás realizó un doble juego o actuó contra la ley".

Batista y Saud pasaron la noche en la cárcel de la Policía Federal en Sao Paulo y hoy está previsto que sean trasladados a Brasilia, donde deberán cumplir prisión.