El atacante que hirió con arma blanca el viernes pasado a militares en Bruselas y fue abatido a tiros en el acto por los miembros del Ejército estuvo ingresado dos semanas y media en un centro psiquiátrico el pasado abril, según indicó su abogado, Norbert Demeulenaere, a la radiotelevisión flamenca VRT.

Según confirmó también la agencia Belga, el atacante de origen somalí fue hospitalizado tras un incidente en su puesto de trabajo.

"Entonces no mostraba ningún signo de radicalización, pero sus problemas psiquiátricos pueden haberlo hecho vulnerable a la manipulación", afirmó Demeulenaere.

El joven, nacionalizado belga en 2015, trabajaba desde hace años como soldador en una empresa metalúrgica de Eeklo (norte del país) hasta que atacó con un destornillador, por motivos desconocidos, a algunos de sus compañeros el pasado 7 de abril.

Tras el suceso, el individuo fue interrogado e ingresado en un hospital psiquiátrico durante dos semanas y media.

Demeulenaere conoció los hechos a través de la empresa, pues su cliente no pudo darle explicaciones claras al respecto.

"Decía que había sido acosado y que se había defendido. También contaba que los acosadores lo habían espiado en su casa, cuando vivía en un séptimo piso", explicó el abogado, para a continuación añadir que entonces sospechó que el joven padecía problemas psiquiátricos.

El viernes, armado con un cuchillo, este individuo de alrededor de 30 años gritó "Alá es grande" en el momento de atacar a dos soldados belgas y fue abatido por los militares con varios disparos.