Tras casi dos años de prohibición de acceso, Israel permitió hoy a sus diputados acceder a la Explanada de las Mezquitas, con protección policial y en una medida de prueba para decidir si reabre el lugar a ministros y legisladores.

A primera hora de la mañana acudió al recinto, sagrado para judíos y musulmanes pero reservado al rezo para estos últimos, el diputado y rabino Yehuda Glick, ultranacionalista, mesiánico y defensor de la construcción de un tercer templo judío en el lugar, que alberga las mezquitas de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca.

"Rezo por la paz en el mundo y rezo para ser una mejor persona. Rezo también por mi familia", declaró Glick en un vídeo difundido por los medios en el que habla balanceándose suavemente, como se hace en los rezos judíos.

Glick fue herido de gravedad en 2014 con tres disparos por un palestino, tras impartir en el Instituto del Templo una conferencia titulada "Israel regresa al Monte del Templo", denominación judía para la Explanada de las Mezquitas, que los musulmanes llaman Noble Santuario o Al Aqsa.

Se espera que también ascienda hoy al lugar, situado en el territorio palestino ocupado de Jerusalén Este, la diputada israelí Shuli Moalem Refaeli, del partido Hogar Judío.

Los legisladores árabes han asegurado que, a pesar de ser su lugar principal de rezo, no acudirán para boicotear la decisión del gobierno de reiniciar las visitas de líderes políticos judíos, que perciben como una afrenta al mantenimiento del statu quo en el explosivo lugar.

Fuentes policiales aseguraron que las visitas se están desarrollando con normalidad y con la habitual presencia de seguridad.

En octubre de 2015, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prohibió a los diputados y ministros acudir a la explanada (abierta a visitas para no musulmanes a primera hora de la mañana y al mediodía), tras el inicio de una oleada de ataques palestinos, muchos de ellos perpetrados por atacantes que consideraban que el recinto estaba "en peligro".

Apagada la oleada de violencia, a finales del pasado marzo el jefe del Gobierno israelí anunció que a finales de junio levantaría la prohibición.

Aunque esta aún no se ha levantado, la jornada de hoy es una prueba para que las autoridades decidan si las visitas de altos cargos políticos pueden reiniciarse sin problemas de seguridad.