Las autoridades de Bangladesh expulsaron a al menos 511 miembros de la minoría musulmana rohinyá, 221 en las últimas 24 horas, que intentaron entrar durante los últimos cuatro días en el país desde Birmania (Myanmar), donde un nuevo brote de violencia ha dejado alrededor de un centenar de muertos.

El río Naf, que hace de frontera natural entre Bangladesh y Birmania, es el punto más caliente de este nuevo flujo de rohinyás, con miembros de esta minoría que intentan alcanzar en barco el territorio bangladesí.

En uno de los incidentes que se produjeron hoy fueron expulsados 141 rohinyás, afirmó Shariful Islam Jamaddar, subcomandante de la Guarda Fronteriza de Bangladesh (BGB) en la zona de Teknaf, en el sureste del país, que añadió que esperan que en cualquier momento traten de entrar de nuevo, por lo que están en "alerta".

"Podemos oír los llantos de los bebés en la otra orilla del río, pero no podemos ayudarles", explicó Jamaddar.

El oficial de la Policía a cargo de Teknaf, Mainuddin Khan, añadió que otras siete personas pertenecientes a ese grupo étnico musulmán fueron detenidas en el área y expulsadas de vuelta al otro lado de la frontera.

Además, en la zona de Ukhia, también cerca de la frontera con Birmania, fueron detenidos y luego expulsados 73 rohinyás, dijo Kai Kislu, un oficial de Policía en el área .

"También arrestamos a dos traficantes rohinyás, que les ayudaba a entrar en Bangladesh", detalló Kislu.

Entre los que sí lograron entrar con éxito a Bangladesh, "más de 3.000", según la ONU, está el granjero Shafiullah, de 40 años, que penetró hoy en territorio bangladesí con su mujer y cinco hijos.

"Intenté entrar ayer con un grupo, pero la BGB nos ahuyentó, pero hoy corrimos hasta Bangladesh después de escuchar disparos en el lado birmano", explicó Shafiullah, que anotó que llevaba tres días en la frontera esperando la oportunidad para entrar.

Según el granjero rohinyá, "los budistas saquearon" su casa después de los ataques y se llevaron "todos los artículos de metal" para evitar que los pudieran usar para enfrentarse a ellos.

Algunas de las personas que entraron en Bangladesh estaban heridas.

El jefe de la seguridad del Colegio Médico y Hospital de Chittagong, Mohammad Alauddin, dijo hoy que han ingresado en el centro durante los últimos días a 17 rohinyás, de los cuales un supuesto rebelde murió, y los demás están siendo tratados.

"Catorce de ellos tiene heridas de bala y los otros dos quemaduras", detalló Alauddin.

La nueva crisis de refugiados comenzó el viernes con los ataques reivindicados por rebeldes rohinyás contra fuerzas de seguridad en el conflictivo estado de Rakhine en Birmania, donde se encuentran la mayoría de miembros de esta minoría musulmana.

Más de un millón de rohinyás viven en Rakhine, donde sufren una creciente discriminación desde el brote de violencia sectaria de 2012 que causó al menos 160 muertos y dejó a unos 120.000 de ellos confinados en 67 campos de desplazados.