El presidente iraní, Hasan Rohaní, tomará hoy posesión para un segundo mandato ante el Parlamento, en una ceremonia a la que asistirán representantes de más de 90 países y organizaciones internacionales, un hito en Irán.

Rohaní, que ganó las elecciones presidenciales del pasado mayo con un 57 % de los votos, fue ratificado en el cargo el pasado jueves por el líder supremo iraní, Alí Jameneí.

En su primer discurso tras la ratificación, el mandatario aseguró que Irán mantendrá la vía de la "moderación" y "una relación constructiva con el mundo".

Prueba de ello es la alta presencia de autoridades extranjeras en la ceremonia de investidura, prevista para la 16.00 hora local (11.30 GMT).

Se encuentran en Teherán para participar en la ceremonia la alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, y los presidentes de países vecinos como Irak, Fuad Masum; Afganistán, Ashraf Ghani; y Armenia, Serzh Sargsyan.

De la parte europea acuden delegaciones de una veintena de países como España, encabezada por el presidente del Senado, Pío García-Escudero.

También asisten el ministro británico de Estado para Oriente Medio, Alistair Burt; el secretario de Estado francés para Asuntos Extranjeros, Jean-Baptiste Lemoyne; y el subsecretario de Exteriores italiano, Vincenzo Amendola.

América Latina cuenta con la representación, entre otros, del vicepresidente cubano Ulises Rosales del Toro; el ministro ecuatoriano del Interior, César Navas, y el ministro boliviano de Justicia, Héctor Arce Zaconeta.

Delegaciones de países de Asia y África, entre ellos el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, y de grupos próximos a Irán como el libanés Hizbulá o el palestino Yihad Islámica estarán asimismo presentes en la toma de posesión.

El vicecanciller iraní, Ebrahim Rahimpur, aseguró el jueves que esta participación extranjera es muy superior a la registrada durante la anterior investidura de Rohaní en 2013, cuando acudieron delegaciones de 47 países.

Rahimpur destacó la importancia de esta situación incidiendo en que en la actualidad hay numerosos países, como Arabia Saudí o Estados Unidos, que buscan "bloquear y aislar a la República Islámica".

Las autoridades iraníes han declarado esta jornada festiva para facilitar el desplazamiento de las delegaciones extranjeras y han aumentado el nivel de seguridad en el Parlamento, blanco de un atentado terrorista el pasado junio.