La guerra en Libia, país sumido en el caos y la violencia desde la caída en 2011 de Muamar al Gadafi, y sus consecuencias han entrado de lleno en Europa con la detención en Trípoli del padre y un hermano del presunto suicida de Manchester, miembro de una familia de opositores al dictador.

Un vínculo que también puso de relieve hoy el exprimer ministro libio y miembro del Parlamento en Tobruk, Abdulah al Thini, quien reveló que su país ya había alertado al Gobierno británico de que albergaba en su territorio a células yihadistas procedentes de Libia.

En particular, de peligrosos miembros del Grupo Islámico de Combate de Libia (LIFG), vinculado a la red Al Qaeda, al que pertenecía el padre del presunto suicida de Manchester, Ramadán al Obeidi, detenido la tarde del miércoles en la capital junto a otro de sus hijos, señaló en un comunicado.

Según explicó a Efe una fuente de seguridad, el progenitor fue arrestado por una patrulla de las Fuerzas Especiales de Disuasión (RADA), una de las milicias mas poderosas de Trípoli, bajo el mando del señor de la guerra Abdel Rauf al Kara, afín al Gobierno de unidad que sostiene la ONU.

Los milicianos se presentaron en su casa, en el barrio de Ayn al Zara, le esposaron y se lo llevaron en un vehículo todoterreno de gran cilindrada a un lugar desconocido, donde todavía permanece retenido, agregó.

Varias horas antes, durante la madrugada, la misma milicia, había detenido igualmente a Hashim al Obeidi, de 20 años, hermano de Salman al Obeidi, el joven identificado como el suicida que el pasado lunes atentó en el Manchester Arena y segó la vida de 22 personas, entre ellas niños y adolescentes que acudía a un concierto de música.

"Hashim estaba en contacto con su hermano y era vigilado por sus lazos con grupos yihadistas", explicó la fuente, que aseguró que se sospechaba también que el joven podría estar preparando un atentado similar al perpetrado por su hermano en Manchester, pero en la propia Libia.

Analistas y expertos locales han apuntado que Ramadan Al Obeidi perteneció al llamado Grupo Islámico de Combate Libio (LIFG), una organización de ideología radical wahabí-saudí opuesta a Gadafi, y que participó en la revolución de 2011.

El líder tradicional de LIFG, grupo al que la CIA vincula con Al Qaeda, es Abdel Hakim Belhadj, actualmente uno de los señores de la guerra más poderosos de Libia y pieza clave para la estabilidad en Trípoli.

Miembro de la oposición salafí que trató de asesinar a Gadafi en 1994, huyó a Afganistán donde al parecer convivió con las filas Taliban y las huestes de Osama Bin Laden.

En 2004 fue detenido, junto a su mujer, en Tailandia por la CIA y el MI6 británico y entregado a Gadafi, acción por la que ahora pretende denunciar ante un tribunal al ex ministro Jack Straw y a los servicios secretos.

"Desde nuestro gobierno advertimos al Gobierno británico de que estaba albergando terroristas libias. Pero el Reino Unido (prefirió) seguir dando protección a los miembros del LIFG y de los hermanos musulmanes", explicó Al Thinni en una nota reproducida por la prensa local.

"El cobarde ataque de Manchester está relacionado con los años de presencia de grupos terroristas en el Reino Unido. Incluido el LIFG que ha estado reclutando jóvenes libios y musulmanes en el Reino Unido y Europa para enviarlos a participar en el terrorismo en Libia y otros países", agregó.

Al hilo de este argumento, Al Thinni, que renunció a su puesto en agosto de 2015 en plena confrontación entre el gobierno islamista rebelde de Trípoli y el Parlamento democráticamente elegido huido a Tobruk, aprovechó para criticar con dureza el política británica en Libia y su apoyo al gobierno sostenido por la ONU.

A pesar de nuestras advertencias, los sucesivos gobiernos y embajadores británicos "insistieron en que debíamos compartir el poder en Libia con esas organizaciones terroristas y sus milicias", subrayó.

El político aludía así también al papel desestabilizador que también juega gran Mufti de Libia, Shaik Sadeq al Ghariani, líder de otra poderosa milicia financiada desde el Pérsico y entroncada con un conocido clérigo wahabí-saudí.

Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera a la victoria rebelde sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.

En la actualidad tiene dos gobiernos enfrentados: uno en Trípoli sostenido por la ONU y sin legitimidad nacional, y otro en Tobruk (este), emanado del Parlamento elegido de forma democrática en 2014 y que aún conserva la plena legitimidad internacional.