El negociador de la Comisión Europea para el "brexit", Michel Barnier, ha apuntado hoy que, si el Reino Unido no quiere pagar por salir de la UE, "la única opción será cortar los programas por lo sano", en alusión a los proyectos conjuntos ya presupuestados dentro de la Unión.

Barnier, que no desea llegar a ese extremo, ha comparecido hoy en la Comisión Mixta Congreso Senado para la UE, donde ha explicado el proceso del "brexit".

Esta mañana el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha reunido con Barnier, al que ha trasladado el total apoyo y confianza de España ante la tarea que tiene por delante.

Este apoyo ya lo dejó patente también el presidente del Gobierno en la cumbre de líderes de la UE celebrada el pasado 29 de abril en Bruselas para acordar las pautas de negociación con el Reino Unido en su proceso de salida de la Europa común.

Barnier se ha entrevistado posteriormente, también en Moncloa, con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y con el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Alfonso Dastis.

En su comparecencia por la tarde en el Congreso, Barnier ha defendido una salida "ordenada" del Reino Unido en marzo de 2019 según el artículo 50 del Tratado de Lisboa, teniendo en cuenta las relaciones futuras entre las dos partes.

Ha comentado que se trata de un tiempo "brevísimo" para la negociación y que quiere encontrar un acuerdo con los británicos antes de octubre o noviembre de 2018.

Según Barnier, el abandono creará incertidumbre en distintos ámbitos, en particular para los 3,2 millones de ciudadanos comunitarios que viven en el Reino Unido y los 1,2 millones de británicos que están en la UE.

"Tenemos que encontrar con los británicos un acuerdo para mantener el estatus de estas personas" y garantizar sus derechos, ha dicho.

Ha señalado que no habrá diferentes tipos de negociación, sino que será "única" en nombre de todos los países de la UE.

Será "grave y compleja". La UE no quiere "venganza ni revancha", pero los negociadores europeos serán "firmes" en la defensa de los derechos de los Veintisiete, ha advertido.

Ha explicado que se ha fijado un presupuesto comunitario para siete años, se han programado proyectos conjuntos de los que se benefician ciudadanos de todos los países, también del Reino Unido, así que, ha precisado, "solicitamos a los británicos que salden las cuentas".

Ha insistido en la necesidad de una solución, de un acuerdo, porque es una cuestión "extraordinariamente sensible".

"Si no pagan, si nadie quiere pagar, en su lugar, la única opción será, y yo no la deseo, cortar los programas por lo sano, a mitad, y esta situación sería absolutamente catastrófica", ha enfatizado.

También ha recordado el tema de las fronteras, sobre todo en la isla de Irlanda, y habrá que "reconstruirlas" porque el proceso de paz allí "es muy frágil".

A preguntas de los parlamentarios, Barnier ha resaltado que se prestará mucha atención a las regiones ultraperiféricas de la UE en la primera parte de la negociación en cuanto a los compromisos financieros que afectan a esos territorios. "Lo británicos tienen que pagar lo que deben", ha insistido en este punto.

"Los británicos -ha dicho también- han decidido abandonar el mercado único y la unión aduanera con todas las consecuencias" en un proceso de "divergencia".

Por ello, hay que trabajar para construir el marco de la futura relación comercial con un acuerdo "ambicioso" y "justo" para las dos partes y una nueva colaboración más allá (universidades, seguridad y terrorismo, operaciones internacionales de paz).

Esa "divergencia" puede suponer, que si no fructifica la negociación sobre asuntos como medio ambiente, protección de los consumidores o de fiscalidad, la ratificación del acuerdo posterior al "brexit" por los parlamentos nacionales sea "muy difícil".

También ha pedido no convertir el debate sobre el "brexit" en uno sobre el futuro de la UE.