La candidata ultraderechista a la presidencia de Francia, Marine Le Pen, se estrelló una vez más contra su "techo de cristal" y cosechó una dura derrota contra el socioliberal Emmanuel Macron, aunque se autoproclamó líder de la oposición al nuevo presidente. Pese a que su resultado estuvo por debajo de las expectativas, que la situaban en torno al 40%, Le Pen obtuvo unos 11 millones de votos, el mayor número conseguido por una candidatura de extrema derecha en Francia.

"Ahora somos la primera fuerza de oposición a Macron, cuya política va a ser muy dura, porque se ha optado por la continuidad", señaló Le Pen, aclamada por un modesto grupo de incondicionales en un complejo hotelero parisino.

Para articular esa oposición, Le Pen, de 48 años, anunció una "profunda renovación" de su movimiento político, que transformará en una "alianza de patriotas" que ella encabezará con la vista puesta en las legislativas de junio próximo, que se han convertido en el nuevo campo de batalla electoral en Francia. Esos comicios se celebrarán el 11 y el 18 de junio próximos, en el que los sondeos le otorgan entre 15 y 25 diputados.