La iglesia española Nuestra Señora del Carmen, fundada en 1953 en la ciudad saharaui de Villa Cisneros, que hoy se llama Dajla, ya no dice las misas en español, porque su feligresía ha cambiado mucho en los últimos tiempos: los emigrantes subsaharianos son ya mayoría.

La iglesia -cuyo nombre, según los pobladores, no remite a una virgen, sino a Carmen Polo de Franco, esposa del dictador Francisco Franco- es uno de los pocos edificios que quedan en pie de aquella Villa Cisneros, fundada en 1883 por el capitán Emilio Bonelli y proclamada primera capital del Sáhara Español.

No fue hasta 20 años más tarde cuando los militares españoles comenzaron a construir "en duro", con piedra y argamasa, por lo que Villa Cisneros puede considerarse la primera ciudad, el primer núcleo urbano estable en una tierra de nómadas como era el Sáhara.

Villa Cisneros fue además la última ciudad abandonada por el ejército español, en enero de 1976, dos meses después de la Marcha Verde que realizó Marruecos. Aquel año comenzó la parte más convulsa de su historia, con la entrada de los mauritanos, ya que en virtud de los Acuerdos Tripartitos España entregaba a la joven república mauritana el tercio sur del Sáhara, incluida Dajla.

Mauritania solo aguantó tres años y medio, pues las embestidas de los soldados del independentista Frente Polisario saharaui le hicieron replegarse, lo que dejó las puertas abiertas a Marruecos, que desde 1979 transformó por completo aquella pequeña ciudad de militares y pescadores, y la llenó de pobladores traídos del norte.

Marruecos se hizo con la propiedad de todos los cuarteles españoles del Ejército y de la Legión, así como con el faro que aún se yergue sobre el Atlántico y con la mayor parte de los barrios civiles de aquella Villa Cisneros.

El considerado primer edificio de la ciudad, el Fuerte Bens, erigido en 1905 por el capitán Francisco Bens, no pudo cumplir los cien años de vida: en 2004, unas excavadoras marroquíes lo arrasaron por completo para dejar en su lugar la desangelada plaza actual.

Fue en ese mismo año cuando la Iglesia Nuestra Señora del Carmen vivió sus peores momentos: una noche, otra excavadora militar penetró en el recinto eclesial y comenzó a derribar un edificio anejo al templo.

"Me despertaron por la noche -cuenta a Efe Mohamed Fadel Semlali, guardián del templo desde 1981- para advertirme de que estaban derribando la iglesia, y me planté ante los militares para recordarles que estaban destruyendo una parte de nuestro patrimonio y nuestra identidad".

Nunca quedó claro si los militares marroquíes tenían intención de derribar todo el templo o simplemente ganar espacio para la plaza central de la ciudad, dado que la iglesia tampoco vivía sus momentos más boyantes tras la marcha de los cristianos españoles en 1975 y 76.

Al igual que la iglesia de San Francisco de Asís en El Aaiún, Nuestra Señora del Carmen vivió a finales del siglo pasado una etapa de abandono, sin feligreses que atender, ya que la iglesia siempre se prohibió hacer proselitismo entre los musulmanes, fueran saharauis o marroquíes.

Ha sido en pleno siglo XXI cuando la iglesia del Sáhara ha resucitado de su letargo, con la llegada de una población de subsaharianos cristianos que emprendieron la ruta hacia Eldorado europeo pero, por una u otra razón, se quedaron a medio camino.

Proceden de Senegal, de Costa de Marfil, de Camerún o del Congo, y vienen a oír misa cada domingo en Nuestra Señora del Carmen. Para ellos, el padre Mario León, Prefecto Apostólico del Sáhara, pronuncia la misa en francés. A veces la feligresía la completan algunos jubilados europeos instalados en Dajla en los meses de invierno.

Mario León, que lleva más de doce años en el Sáhara, predica en el desierto solo en el sentido literal, pues lleva a cabo una callada labor asistencial para los subsaharianos y para la población local.

Entrega de medicamentos, fundación de la primera asociación de niños discapacitados o consultas gratuitas de diferentes especialistas (llegados al Sáhara de forma altruista o enviados por oenegés): ese es el nuevo rumbo que el padre León ha imprimido a la iglesia saharaui.

Nuestra Señora del Carmen es también expresión de estos tiempos modernos: un cura español, una feligresía africana y un vecindario musulmán que quiere conservar la iglesia como un monumento.