El candidato conservador a la Presidencia francesa, François Fillon, reaccionó hoy a las numerosas deserciones en su propio campo ante su inminente imputación y aseguró que conserva el apoyo de las bases.

"Las bases aguantan (...) Los franceses me apoyan", dijo el aspirante horas antes de una reunión pública en Nîmes, en el sur de Francia.

Desde que Fillon anunciase ayer que será imputado por el caso de los supuestos empleos ficticios que concedió a su mujer y dos de sus cinco hijos, las deserciones en su campaña electoral han ido en aumento.

A la dimisión el miércoles de su responsable de Asuntos Internacionales y Europeos, el exministro Bruno Le Maire, y la suspensión de la participación en la misma del partido centrista Unión Demócrata Independiente (UDI), se sumó hoy, entre otras, la retirada de su director adjunto, Sébastien Lecornu.

El consejero Vincent Le Roux -muy cercano al alcalde de Burdeos y rival de Fillon en las primarias, Alain Juppé- y diputados próximos al expresidente francés Nicolas Sarkozy, otro de los contendientes batidos por éste en esos comicios internos, fueron otros de los que le retiraron su apoyo de entre los al menos 40 cargos que hasta el momento han expresado su oposición.

El escándalo le ha hecho mella además en las encuestas, donde solo un 25 % de los franceses está a favor de que mantenga su candidatura a las elecciones presidenciales de abril y mayo, en las que refuerzan su condición de favoritos la ultraderechista Marine Le Pen y el socioliberal Emmanuel Macron.