> El nombramiento de Rex Tillerson como secretario de Estado y las investigaciones de la CIA sobre las ''interferencias'' rusas a favor del presidente electo Donald Trump evidencian, cada vez con más claridad, las diferencias existentes entre el magnate y miembros destacados del Partido Republicano.

La distancia entre sectores republicanos y el futuro inquilino de la Casa Blanca se acrecientan con esta última designación aunque, ya antes, varios miembros de su equipo como su jefe de Estrategia Steve Bannon, reconocido supremacista blanco, habían levantado ampollas entre los sectores menos radicales de su Partido.

Trump ha elegido como responsable de la diplomacia estadounidense al directivo de la petrolera Exxon Mobil y a un amigo personal del presidente Vladimir Putin con estrechas relaciones con el Gobierno ruso. Tillerson, que recibió la Orden de la Amistad rusa en 2012, deberá ser ratificado por la mayoría republicana en el Senado y no va a ser fácil.

Las conexiones del magnate petrolero con Rusia despiertan recelos entre los miembros del partido del presidente electo, sobre todo después de las acusaciones por parte de la Agencia Central de Inteligencia sobre la participación de Rusia en los ''ciberataques'' que sufrió la candidata demócrata Hillary Clinton durante la campaña electoral.

Kellyanne Conway, jefa de campaña de Trump ha asegurado el lunes por la noche que el magnate no interferirá en la investigación sobre la presunta implicación del Gobierno de Rusia en las elecciones del pasado 8 de noviembre. Ha añadido, no obstante, que "esto huele a política, simple y llanamente". Asimismo, ha señalado que durante el Gobierno de Trump "no se quiere que Gobiernos extranjeros interfieran en las elecciones". "Eso está muy claro", ha dicho.

El Partido Republicano ya ha anunciado que colaborará con la CIA para que se llegue al final de las investigaciones y varios senadores, como John McCain y Marco Rubio han manifestado su disgusto por la elección de Tillerson al frente de la cartera de Exteriores estadounidense.

"No veo cómo se puede ser amigo de un miembro de la KGB" ha dicho McCain en relación al nuevo miembro del gabinete de Trump. El excandidato presidencial ha calificado además a Putin de "asesino" mientras Rubio evidencia también su disgusto respecto a que la política exterior estadounidense pueda estar en manos de un hombre con una intensa y estrecha relación de negocios con Rusia. "Ser amigo de Putin no es algo que se espera de un secretario de Estado", ha dicho el senador Rubio.

Trump planea anunciar el nombramiento en la jornada del martes y poner fin así a semanas de especulaciones entre varios candidatos aspirantes a dirigir la política exterior de EEUU como el exalcalde de Nueva York Rudolph W. Giuliani y el excandidato a la presidencia, Mitt Romney. En lugar de elegir al candidato más fácil para ser ratificado por el Senado como podría ser Romney, Donald Trump se ha arriesgado designando a Tillerson y a una posible ''pelea'' con sus compañeros de Partido para que su candidato sea finalmente confirmado por la Cámara Alta.

Las relaciones comerciales con Rusia del futuro responsable de la diplomacia de EEUU son evidentes. La empresa que ha dirigido, Exxon Mobil, cuenta con miles de millones de dólares en contratos petroleros que sólo pueden salir adelante si EEUU levanta las sanciones contra Rusia. Tillerson ya se ha manifestado públicamente en contra de tales sanciones que se acrecentaron tras la intervención rusa en Ucrania y que han supuesto un revé en sus intereses comerciales.

Tillerson ha trabajado en varios proyectos de energía con Rusia y ha estrechado vínculos con el director ejecutivo de la petrolera rusa Rosneft, Igor Sechin, quien también es un socio cercano a Putin. "Han tenido reuniones de trabajo. El presidente ha recibido al señor Tillerson en varias ocasiones", ha asegurado Peskov refiriéndose a las relaciones entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y Tillerson.

En este cargo, fundamental en el gabinete de la Administración estadounidense, Tillerson tendrá que gestionar las difíciles relaciones entre EEUU y la Rusia de Putin. Varias cuestiones han separado a ambos países; la intervención de Rusia en Crimea y Ucrania que conlleva la aplicación de sanciones comerciales por parte de Estados Unidos, la participación de Rusia en Siria y las últimas sospechas de la CIA sobre la intervención del Gobierno ruso en la campaña electoral para favorecer a Donald Trump.

El Kremlin ya ha elogiado a Rex Tillerson y la decisión de Donald Trump. Ha definido al magnate petrolero como una persona "muy profesional". No obstante, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha señalado que "hay una gran diferencia entre ser secretario de Estado y director de una empresa".

PUTIN DISPUESTO A REUNIRSE CON TRUMP

El presidente electo no ha ocultado sus intenciones de acercar posiciones con Rusia. De hecho, el presidente Putin ha asegurado en la jornada del martes que está dispuesto a reunirse con Trump "en cualquier momento" aunque ha sugerido que sería más conveniente esperar a que tome posesión de su cargo el próximo 20 de enero.

Antes de esa fecha, el magnate deberá explicar cómo va a compaginar sus negocios y empresas con la Presidencia del país. La rueda de prensa, donde pretendía facilitar las explicaciones pertinentes y que se había fijado para el 15 de diciembre, se ha retrasado hasta el mes de enero y no se ha fijado el día para la cita con la Prensa y sus explicaciones.

Estados Unidos cuenta con una estricta legislación de incompatibilidades, la Ley de Ética y Gobierno de 1978, aprobada tras el escándalo del ''Watergate'', pero esta ley se aplica hasta el rango de congresista y los presidentes quedaron exentos con el argumento de que se podría complicar aún más su tarea.

La intención de Trump de dejar los negocios y empresas en manos de sus hijos mayores no convence a sus oponentes demócratas ni a muchos republicanos que ven en el magnate un posible conflicto de intereses. Generalmente, los presidentes de EEUU cuando accedían al cargo dejaban sus activos en manos de fideicomisos ciegos no en manos de su propia familia.

TROPIEZO DIPLOMÁTICO CON CHINA

Cuanto más se acerca Trump a Rusia más se aleja de China. Las relaciones con el gigante asiático suponen el primer tropiezo diplomático del presidente electo de EEUU, incluso antes de que ocupe el Despacho Oval.

La diplomacia china ha mostrado "su preocupación" ante las declaraciones de Trump que dijo no sentirse vinculado por el principio de "una sola China" ante la polémica que suscitó su conversación con la presidenta de Taiwan, Tsa Ing Wen.

El ministro de Exteriores chino, Wang Yi ha dicho que "no importa que sea la autoridad de Tsai Ing Wen, cualquier otra persona en el mundo o cualquier otra fuerza. Si intentan perjudicar el principio de una sola China y los intereses centrales del país, al final lo que están es levantando una piedra que terminará cayendo sobre sus pies", ha advertido.

El presidente electo ha designado como Embajador en China a un profundo conocedor del país y a un amigo personal del presidente chino desde hace décadas. El nombramiento de Terry Barnstad será una baza de Trump para limar asperezas con el país asiático y con la política de Pekin.