El abogado de la acusación denunció hoy la desaparición de dos de los testigos del asesinato, en febrero de 2015, frente a las murallas del Kremlin, del dirigente opositor ruso Boris Nemtsov.

"Estamos de acuerdo en interrogarlos si la defensa los encuentra", dijo la fiscal María Semenenko, citada por medios locales.

La jurista precisó que se desconocía el paradero del conductor de una máquina quitanieves y de un transeúnte, que vieron pasar un automóvil blanco en el que se encontraban los presuntos asesinos instantes antes del crimen.

Por otra parte, el juez del tribunal militar de Moscú rechazó la solicitud de la defensa para citar como testigo al líder chechén, Ramzán Kadírov, con el que Nemtsov tuvo varios desencuentros y que se había mostrado dispuesto a declarar.

La pasada semana, el amigo de Nemtsov, Iliá Yashin, recordó que el fallecido político liberal "en serio sólo temía a una persona: Ramzán Kadírov".

Kadírov, quien tachó a los opositores como Nemtsov de "enemigos del pueblo" en un artículo en el diario "Izvestia", calificó de "auténtico patriota ruso" al presunto ejecutor del crimen, Zaur Dadáev.

En cambio, el juez sí accedió a citar a Ruslán Gueremeyev, comandante del batallón Sever (Norte) del Ministerio del Interior, donde también sirvió hasta hace poco Dadaév.

El conductor de Gueremeyev, Ruslán Mujudínov, que también se encuentra en paradero desconocido, es considerado uno de los organizadores del asesinato.

"Nemtsov era permanente objeto de amenazas, todas relacionadas con sus actividades políticas. Tres años antes de su asesinato me contó que su hijo también había sido amenazado", dijo Yashin la pasada semana en su declaración.

El pasado 3 de octubre el Tribunal Militar de Moscú abrió el juicio contra los cinco chechenes acusados de tirotear a Nemtsov, el asesinato político más sonado desde que Vladímir Putin llegara al poder en 1999.

Familiares y correligionarios de Nemtsov consideran que será imposible hacer justicia mientras en el banquillo de los acusados no se sienten los organizadores y, lo más importante, aquellos que encargaron el crimen.

La oposición extraparlamentaria rusa acusa abiertamente a Putin de crear el clima de odio que motivó el asesinato de Nemtsov, que había acusado al jefe del Kremlin de desplegar tropas en el este de Ucrania y de corrupción al organizar los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi en 2014.

El principal acusado de esta muerte es Dadáev, que en ese momento era miembro de las fuerzas especiales de Chechenia, motivo por el que el juicio transcurre en un tribunal castrense.