El presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, ha instado hoy al primer ministro, Matteo Renzi, a que posponga su dimisión hasta que sean aprobados los Presupuestos Generales para 2017, que podría producirse antes del viernes, una petición que habría sido aceptada por el líder del Partido Democrático.

La Jefatura del Estado informó en un comunicado que Renzi ha confirmado a Mattarella "su intención de presentar su dimisión" después de que su reforma de la Constitución fuera rechazada el domingo por los ciudadanos en un referéndum.

"El presidente de la República, considerando la necesidad de completar el trámite parlamentario para la aprobación de los Presupuestos y eliminar riesgos en el ejercicio provisional, ha pedido al primer ministro suspender su dimisión para presentarla cuando se cumpla dicho procedimiento", dice el comunicado.

Renzi ha aceptado la petición de Mattarella "por sentido de responsabilidad", según recogen los medios locales, ya que no se ha producido una confirmación oficial.

Mattarella y Renzi tuvieron un encuentro protocolario esta tarde en la sede de la Jefatura del Estado, el palacio romano del Quirinale, que tuvo una duración de media hora.

Tras la cita, Renzi abandonó el Quirinale por una puerta lateral de palacio, sin ofrecer declaraciones, y regresó en coche a la sede del Gobierno, el palacio Chigi.

En ese lugar Renzi celebró previamente un Consejo de Ministros de quince minutos de duración en el que expresó a los miembros de su Ejecutivo su determinación a dimitir.

Renzi anunció su dimisión en la madrugada del lunes, tras ver cómo su reforma de la Constitución era rechazada la víspera por los ciudadanos en un referéndum al que previamente había vinculado su continuidad en el poder.

El primer ministro y líder del Partido Democrático (centroizquierda) dimitirá una vez que los Presupuestos para 2017 sean aprobados por el Senado de forma definitiva, algo que podría producirse antes del viernes.

Acto seguido se prevé que Mattarella de inicio a un turno de consultas con todos los representantes de los partidos políticos para encargar un Gobierno de transición con el objetivo de reformar la ley electoral para convocar elecciones.

Otra opción que barajan los analistas es la creación de un Gobierno técnico con el mismo fin, el de aprobar una nueva ley electora.