El nuevo presidente de Moldavia, Igor Dodon, es un declarado admirador del jefe del Kremlin, Vladímir Putin, por lo que se propone dar un giro copernicano a la política exterior de su país forjando una relación estratégica con Rusia.

"Me gustaría que en Moldavia hubiera un presidente como Putin que pusiera orden en el país. Es lo que quiere la mayoría de habitantes de Moldavia", comentó el líder socialista.

Dodon, de 41 años, fue precisamente recibido hace un año en el Kremlin por Putin, que le dio su visto bueno y dejó bien claras las preferencias de Moscú con respecto a la antigua república soviética.

Recientemente, Dodon reconoció que Crimea era territorio ruso, afirmación que le valió no pocas críticas por parte de sus contrincantes políticos, que denuncian la anexión por Rusia de la península ucraniana.

El político socialista ha repetido durante los últimos meses que su principal objetivo una vez en el poder es firmar un Acuerdo de Asociación Estratégica con Rusia, país al que tiene previsto realizar su primera visita de Estado.

"El primer acuerdo de amistad entre nuestros países lo firmamos hace más de 500 años. Nos unen cientos de años de lucha contra los invasores extranjeros y la construcción conjunta de nuestro estado común", señaló en una reciente entrevista.

Admite que, en estos momentos, las relaciones con Rusia, país donde trabajan unos 800.000 moldavos, se encuentran en plena crisis debido a "la irresponsable política exterior" del actual Gobierno liberal.

Además, se opone totalmente al ingreso en la OTAN o en otro bloque militar y aboga por acuñar la neutralidad de Moldavia en la Constitución.

Enemigo acérrimo de los liberales, que abogan por reforzar las relaciones con la Unión Europea (UE), el antiguo comunista se propone "revisar" el Acuerdo de Asociación con Bruselas, aduciendo que sus condiciones son perjudiciales para la economía nacional.

Dodon quiere que los productos moldavos regresen a su mercado tradicional: la Unión Económica Eurasiática (UEE) encabezada por Rusia, y el resto del espacio postsoviético.

Éste es uno de los puntos más controvertidos de su programa, ya que el actual Gobierno liberal considera que ese acuerdo y la aspiración de integrarse en la UE son intocables para Moldavia.

El presidente electo considera que Moldavia se encuentra bajo la amenaza de la "pérdida total" de su soberanía y "su integración en el seno de otro Estado: Rumanía", objetivo que es apoyado por muchos moldavos.

"No tengo fobia contra los rumanos, pero estoy totalmente en contra de la unión. Moldavia no es Rumanía. Debe seguir siendo un país independiente", aseveró.

Dodon no sólo está enfrentado a los liberales, ya que a finales de 2011 abandonó el Partido de los Comunistas para integrar las filas socialistas, transfuguismo que el líder comunista y expresidente moldavo (2001-09) Vladímir Voronin, nunca le perdonó.

A partir de entonces, con un discurso claramente prorruso fue ascendiendo en las encuestas hasta que su partido ganó las elecciones legislativas en 2014, aunque no pudo gobernar debido a la alianza de los liberales.

Con todo, los analistas pronostican que, con su líder en la Presidencia, es probable que los socialistas ganen con claridad las elecciones legislativas en 2018 y puedan formar gobierno con el apoyo de otros partidos de izquierda.

También se sumó en septiembre de 2015 a las multitudinarias protestas convocadas tras la desaparición de mil millones de euros del sistema bancario, un asunto por lo que el exprimer ministro liberal Vlad Filat fue condenado a varios años de prisión.

Entre otras cosas, Dodon propone un "programa de salvación" que tiene como prioridad el empleo -150.000 nuevos puestos de trabajo- para reducir el éxodo laboral y atraer a los moldavos que emigraron a países como España, Italia o Portugal.

A su vez, con el fin de solucionar el conflicto con la república separatista de Transnistria, donde Rusia tiene desplegadas tropas y armamento, aboga por convertir a Moldavia en una federación.

Cuando era miembro del partido comunista, ejerció los cargos de ministro de Economía y viceprimer ministro durante la crisis económica de 2008.

Dodon asegura que logró sacar al país de la crisis con los mejores índices de crecimiento de la historia, aunque sus rivales le acusan de allanar el camino a la privatización fraudulenta del país, uno de los más pobres del continente.

El nuevo presidente moldavo disfruta de una gran popularidad en el campo, pero no así en la capital, Chisinau, ni entre los jóvenes, que vinculan su futuro con Occidente.