Al menos dos milicianos de las fuerzas leales al Parlamento en Tobruk resultaron heridos hoy de gravedad al estallar un ambulancia cargada de explosivos en la ciudad libia de Bengasi, la segunda más importante del país, informaron fuentes de Seguridad.

Según su relato, el ataque ocurrió al caer la tarde en la céntrica plaza de Al Qish, escenario habitual de combates entre las fuerzas del general Jalifa Hafter, jefe del Ejército fiel a Tobruk, y las milicias islamistas que controlan los barrio del centro de la urbe.

Ayer, seis solados de las fuerzas de Hafter perdieron la vida al explotar una mina en esta zona.

"Nuestros aviones de combate continúan con sus operaciones aéreas en la zona de Al Karwash, donde hay un gran número de familias atrapadas por los combates", explicó la fuente.

Desde mayo de 2014, Bengasi es víctima un duro asedio por parte de las fuerzas de Hafter, un antiguo miembro de la cúpula militar que aupó al poder al coronel Muamar al Gadafi (1969-2011) y que posteriormente, reclutado por la CIA, se convirtió en uno de sus mayores opositores en el exilio.

Desde que regresó a Libia en 2011, en el inicio del alzamiento contra Gadafi, Hafter se ha convertido en uno de los principales actores de la guerra civil libia y en uno de los mayores escollos para el éxito del plan de paz y reconciliación que auspicia la ONU.

Libia es un estado fallido, víctima de la guerra civil y el caos, desde que hace cinco años la comunidad internacional apoyara militarmente el alzamiento de los rebelde contra la dictadura de Al Gadafi.

En la actualidad hay dos autoridades en Libia, una en el este que mantiene el reconocimiento internacional, y otra en el oeste fomentada por la ONU pero que carece de legitimidad, que luchan por hacerse con el poder y el control de los recursos energéticos.