El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, reconoció hoy en Praga que aún queda mucho por negociar para llegar a un acuerdo que permita mantener al Reino Unido como miembro de la Unión Europea (UE).

Tras un encuentro con el primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, Tusk dijo ante la prensa que sigue habiendo problemas no resueltos, como el llamado "freno de emergencia" para países no miembros del euro, un mecanismo de control para el acceso a beneficios sociales y la noción de una unión más estrecha.

"Necesitamos encontrar soluciones a todos estos asuntos", indicó Tusk, quien recordó que para los países del Este de Europa el acceso a beneficios sociales en el Reino Unido sigue siendo uno de los puntos "más delicados". La posición de los cuatro países del Este unidos en el llamado grupo de Visegrado (V4) -República Checa, Eslovaquia, Polonia y Hungría- es "muy clara", destacó el polaco Tusk.

"No tengo dudas: aún debemos negociar mucho para llegar a un acuerdo", admitió. "Creo que la propuesta que he presentado es justa y equilibrada, para todos", señaló Tusk en referencia al paquete de medidas que será debatido esta semana en la cumbre de líderes de la UE.

Sobre la crisis de los refugiados, expresó su esperanza en que la ayuda bilateral que el V4 ha ofrecido a Macedonia para proteger su frontera con Grecia "pueda constituir un cambio, sobre todo en cuanto a la situación humanitaria en los Balcanes Occidentales".

En todo caso, agregó, no se debe "olvidar" a los países miembros de la UE más afectados por esta crisis, como Grecia.

Según Tusk, "ellos necesitan nuestra continua y incrementada asistencia para afrontar los flujos" de refugiados.

"Todos debemos mostrar solidaridad. Y eso significa respetar y poner en marca las decisiones y reglas comunes. Desde proteger nuestras fronteras hasta reubicar a refugiados. Permítame ser muy claro: solo si estamos unidos podemos resolver esta crisis", concluyó Tusk.

Los países excomunistas del V4, que rechazan el reparto de refugiados, presentaron ayer un "plan B" para resolver la crisis migratoria mediante un estricto control de las fronteras de Grecia con Macedonia y Bulgaria.