Los representantes de los dos parlamentos rivales libios firmaron hoy en la localidad marroquí de Sjirat un acuerdo de paz para formar un gobierno de unidad nacional que acabe con la dualidad institucional y el caos de seguridad que reina en el país.

Tras 14 meses de tensas negociaciones, los representantes del Congreso de los Diputados en Tobruk (reconocido internacionalmente), Mohamed Chuaib, y del Congreso Nacional General (CNG), el "parlamento rebelde" de Trípoli, Salah Majzum, suscribieron el acuerdo de paz en presencia de representantes de la sociedad civil, los ayuntamientos y los partidos políticos libios.

La ceremonia, que terminó con los participantes libios coreando el nombre de su país y entonando el himno nacional, contó con la destacada presencia de los ministros de Exteriores de España, Italia, Turquía, Marruecos, Túnez y Catar, además del representante de la ONU para Libia, Martin Kobler, que en poco más de un mes en el cargo parece haber deshecho los principales "nudos" del acuerdo.

Los ministros de Exteriores coincidieron en señalar que constituye el primer paso de una larga etapa en Libia que requiere concesiones de todas las partes para la unificación de la división de las instituciones ejecutivas, legislativas, económicas y militares del país.

Pero el mensaje positivo, como subrayaron los ministros español José Manuel García Margallo y tunecino Tayeb Baqush, es que el gobierno anunciado hoy para Libia "será desde ahora el único interlocutor de la comunidad internacional".

Margallo añadió que el apoyo de la comunidad internacional a este ejecutivo se cristalizará en una próxima resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Por su parte, Martin Kobler felicitó a los libios por "los compromisos y concesiones, perseverancia y valentía" que demostraron durante el proceso de negociaciones para alcanzar este acuerdo.

"Hoy están abriendo una nueva página, que será la plataforma de instituciones legítimas, hacia el edificio de la paz y la estabilidad", insistió Kobler, quien llamó a las partes ausentes a sumarse al acuerdo, en referencia a los diputados de una y otra cámara reacios a aceptarlo.

El enviado especial de la ONU subrayó que el acuerdo de paz tiene como objetivos prioritarios poner fin a la situación de crisis, abrir un diálogo inclusivo sobre seguridad, luchar contra el terrorismo en general y el Estado Islámico (Daésh) en particular y dar una atención particular a la provincia oriental de Bengazi, marginada durante décadas.

El texto firmado hoy abre paso a una etapa transitoria en la que este embrión de gobierno de unidad nacional va a supervisar en el plazo de un año la redacción de una nueva constitución para someterla a referéndum, al que seguirán unas elecciones para formar el nuevo parlamento y gobierno.

El gobierno de unidad nacional será formado por un presidente (en la persona de Fawzi Sarraj), dos vicepresidentes y tres ministros de Estado, que tendrán un plazo de un mes para nombrar a los titulares de las carteras.

En una declaración ante la prensa tras la ceremonia, Sarraj agradeció el apoyo de los "países amigos" para la consecución de este acuerdo, "en el que no hay un vencedor o vencido", y llamó a la "solidaridad y unificación de los esfuerzos de todos los libios" para la próxima etapa.

Entre los retos que enfrenta está la dificultad de formar un solo mando militar y las discrepancias políticas existentes en el seno de los dos parlamentos rivales, que firmaron hoy el documento a título personal sin el mandato de sus respectivos presidentes.

El acto de hoy viene precedido por la reunión el pasado martes en La Valeta (Malta) entre el presidente del Congreso de los Diputados en Tobruk, Aqila Salah, y el presidente de la Cámara rebelde en Trípoli, Nouri Abu Sahmein, en el primer encuentro entre los dos parlamentos desde que Libia se quebró políticamente en el verano de 2014.

El pasado domingo, representantes de 18 países europeos y árabes manifestaron en Roma su apoyo a un gobierno de unidad en Libia que acabe con cuatro años de conflictos desde la caída del régimen de Muamar el Gadafi y que aplaque el avance de los yihadistas, que amplían sus influencias en la región de Sirte.