El investigador principal en materia de Seguridad y Defensa del Real Instituto El Cano, Félix de Arteaga, ha asegurado, en declaraciones a Europa Press, que la vía principal de financiación del Estado Islámico o DAESH son las donaciones públicas y privadas que llegan de particulares de países del Golfo Pérsico y también de remesas que les envían de Occidente. En su opinión, es ahí donde hay que poner el acento para cortarles la financiación. No obstante, afirma que no se puede acabar a corto plazo con el problema del DAESH en Siria e Irak y avisa: "Tenemos un problema de seguridad que va a vivir con nosotros mucho tiempo".

Félix de Arteaga asegura que la financiación que obtiene el Estado Islámico del petróleo "no es la principal" y "no dependen de eso", y considera que si se les cortara el flujo de ingresos por el petróleo con el que trafican, que supone entre 1,5 y 2 millones al día, lo podrían "compensar de sobra con fondos que reciben de individuos privados y públicos del Golfo Pérsico y del resto del mundo que les envían remesas".

En su opinión, los ingresos por el petróleo pueden resultar "muy llamativos". De hecho, ayer mismo el exsecretario general de la OTAN, Javier Solana, ponía el acento en cortocircuitar este manera de financiarse. Sin embargo, según De Arteaga, esto podría afectar más a las redes del crimen organizado y contrabando que operan en la frontera de Siria con Turquía o Irak que a los terroristas. Además, estima que sería necesario un despliegue militar y de inteligencia que ahora no existe en la zona para poder saber cuándo salen las columnas de camiones con el crudo y a dónde van.

También se cuestiona por qué no se va al origen, como son los pozos, y cree que puede haber razones de todo tipo, incluso el desastre medioambiental que se causaría.

En su opinión, los terroristas del DAESH han llegado "al límite" de vivir "parasitando" los recursos públicos locales, como las tasas que ponen por todo tipo de actividades. Sin embargo, siguen recibiendo financiación por la vía de las donaciones y recuerda las palabras del presidente ruso, Vladimir Putin, la semana pasada en el G-20, cuando dijo que algunos países de los que se sentaban en aquella reunión habían financiado al DAESH aunque no quiso dar nombres.

Según el investigador principal en Seguridad y Defensa de Elcano, Putin se refería a países del Golfo, pero recuerda que en otras ocasiones el presidente ruso ha citado a donantes de Occidente. Se trata, precisa Félix de Arteaga, de un "entramado de organizaciones no gubernamentales con fines religiosos que manejan fondos, no fondos públicos, no es el Gobierno de Arabia Saudí o de otros países del Golfo, pero sí instituciones interpuestas que se usan para financiar movimientos afines".

En este sentido, explica que "mucha parte les llega a las comunidades que desarrollan una visión wahhabista del islam y otra, a los más radicalizados". Por ello, cree que "esa corriente de fondos es la estructura que hay que seguir", aunque admite que "es muy complicado".

Según argumenta, "todos estos países son aliados tradicionales, no se les puede poner bajo sospecha y ellos son incapaces de cortar la colaboración de sus ciudadanos porque al fin y al cabo es una manera de prevenir que atenten contra ti". "Es --añade-- una manera de decir ''mientras no me hagas nada..., pero si me lo haces te corto el flujo". Félix de Arteaga explica que se ha intentado poner freno a este tipo de donaciones desde Naciones Unidas pero "en la práctica el dinero sigue llegando".

Admite, no obstante, que ahora no tendrán tanto dinero porque habrán ido acabando con lo que robaron al ocupar Mosul y se refleja en que "muchos combatientes regresan quejándose de las condiciones de vida o porque les pagan menos de lo que les prometieron". "Van pasando estrecheces, pero no están asfixiados", precisa.

ACABAR CON LA FINANCIACION, EL MEJOR MÉTODO

En cualquier caso, considera que "a largo plazo" acabar con la financiación sería "el mejor método", pero admite que no es una solución fácil porque en los países occidentales la primera prioridad es acabar con las redes de financiación locales y sí se ha avanzado en la creación de unidades especializadas. Pero admite que la forma de financiar el terrorismo en Irak y Siria es la "segunda prioridad" ya que "los recursos son muy limitados, la investigación es compleja y larga, hay muchos problemas legales y no todos los países tienen obligación de aportar datos bancarios".

Al ser preguntado si sería más inmediata una solución militar, asegura que "la intervención militar, no". "La guerra contra el terror es un error conceptual", afirma y pone el ejemplo de los americanos en Afganistán.

En su opinión, la solución tiene que ser local y debe haber una combinación de solución policial, militar y de inteligencia, y dentro de esta última incluye la investigación de la financiación, la inteligencia económica y la comunicación estratégica. Y esto precisamente, apostilla, es lo que "está evitando atentados, detectando a grupos antes de que actúen, deteniendo rápidamente a los que lo han hecho y haciendo que las sociedades se recuperen".

En cualquier caso, advierte de que no hay una solución inmediata. "Cuando se dice cuál es la salida" y en lo que se piensa es que se puede "acabar con este problema de prisa, para siempre, pasar página... esa no es la salida". De Arteaga deja claro que "tenemos un problema de seguridad que va a vivir con nosotros mucho tiempo", que empezó con Al Qaeda, continúa con el Estado Islámico y "continuará porque hay otros muchos grupos que van a abrir otras franquicias".

Según señala, "lo que hay que ver es cómo convivimos con este problema de seguridad", pero avisa de que "no hay ninguna salida de la que le gustaría a las poblaciones y líderes occidentales: algo rápido, quirúrgico, para siempre, barato y antes de que yo cierre la Legislatura".

"Eso no existe", recalca y añade que "hay que mentalizar a la gente de que tenemos un problema y de que ya con lo que se está haciendo se consigue que no vaya a más".