Un total de 5.809 refugiados procedentes en su mayoría de países de Oriente Medio y Asia entraron el domingo en Hungría, una cifra récord según la Policía magiar, que podría quedar ya hoy obsoleta porque se espera la mayor oleada de llegadas de todo el año.

Según las fuerzas de seguridad húngaras, desde el pasado viernes llegaron al país centroeuropeo 13.162 refugiados y se interpusieron 28 denuncias contra supuestos traficantes de personas.

La cifra de entradas diarias está muy por encima de las alrededor de 2.000 personas de media de las últimas semanas y se debe al inminente cierre de la frontera húngara con una alambrada y una dura legislación que entra en vigor mañana y que castiga con penas de cárcel entrar en el país de forma ilegal.

Los medios húngaros cuentan hoy con una afluencia récord de refugiados, que intentarán alcanzar suelo húngaro antes de que entre en vigor mañana la nueva legislación.

Los refugiados, la mayoría de Siria, Irak y Afganistán, entran en Hungría por el paso fronterizo de Röszke, donde el Gobierno se apresura a cerrar el único hueco abierto aún en la alambrada erigida mientras eleva una segunda valla más alta que espera tener finalizada este mes.

El Ejecutivo húngaro celebra mañana un Consejo de Ministros en el que podría declarar el estado de emergencia por la "migración masiva", lo que permitirá desplegar al Ejército en tareas de vigilancia.

A la espera de comprobar la dureza con la que Hungría aplicará la nueva ley, analistas y expertos policiales de varios países han indicado que el flujo de refugiados puede cambiar de ruta, de Serbia hacia Croacia y Eslovenia, con el fin de evitar suelo húngaro.

La llegada récord de refugiados se produce además cuando Alemania, el destino preferido de la mayoría de los refugiados, ha modificado su política de puertas abiertas y ha restablecido los controles fronterizos, dejando en suspenso los acuerdos de Schengen que garantizan la libre circulación en territorio comunitario.

El ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, recordó que, según la legislación europea, su país no es responsable de la mayoría de solicitantes de asilo que llegan e instó a todos los socios a respetar el convenio de Dublín que, recordó, sigue en vigor.

Esa normativa establece que los peticionarios de asilo deben ser registrados en el primer país europeo al que llegan, encargado también de tramitar sus solicitudes.