El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, logró hoy otra victoria de cara al final de su mandato al conseguir los apoyos suficientes en el Senado para que los republicanos del Congreso no invaliden el acuerdo nuclear con Irán alcanzado por las potencias del Grupo 5.

La senadora demócrata Barbara Mikulski anunció hoy su respaldo al pacto, con lo que se suman los 34 votos necesarios en la Cámara Alta para que Obama pueda ejercer su derecho de veto en caso de que los republicanos promuevan una ley en contra del pacto nuclear.

En un largo comunicado, la veterana senadora explica su análisis del texto acordado con Teherán, así como sus consultas con expertos y parte de la comunidad judía, para llegar a la conclusión de que el pacto es la mejor opción entre las posibles para evitar que Irán logre desarrollar un arma nuclear.

"He preguntado cuáles son las alternativas que pueden ser efectivas y alcanzables si rechazamos este acuerdo. Las he considerado seriamente. Pero al final, (los republicanos) no presentan una opción más viable que este acuerdo. Las otras dos alternativas son más sanciones o la acción militar", razona la senadora.

Asimismo, Mikulski explica que el aumento de sanciones de manera unilateral por parte de Estados Unidos pierde efectividad si los socios de la Unión Europea, China y Rusia las suavizan, y que la "acción militar" siempre es una opción posible para el Gobierno estadounidense, pero debe ser la última.

El Congreso estadounidense, que regresa al trabajo el próximo martes tras el receso de verano, tiene hasta el 17 de septiembre para evaluar y votar sobre el pacto nuclear iraní, un texto que los republicanos, con mayoría en las dos cámaras, rechazan en bloque.

Los conservadores pretenden introducir una resolución para invalidar el acuerdo, pero con el voto de Mikulski no obtendrán los dos tercios necesarios en las dos cámaras para poder evitar el veto presidencial.

Sus reacciones ante el respaldo de la senadora no se hicieron esperar.

"Obligar a un mal acuerdo, pese a las objeciones del pueblo estadounidense y una mayoría del Congreso, no es una victoria para el presidente Obama", consideró Cory Fritz, portavoz del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner.

"La Casa Blanca puede haber convencido a suficientes demócratas para respaldar un acuerdo que legitima el programa nuclear de Irán, confía en el régimen para hacer sus propias inspecciones y ofrece amnistía a los terroristas, pero este acuerdo está lejos de ser implementado", aseveró Fritz.

Asimismo, el senador republicano y precandidato presidencial Marco Rubio recordó que, aunque Obama pueda ejercer su derecho al veto, los demócratas no tienen los votos suficientes para rechazar la resolución contraria al pacto, y la mayoría del Congreso votará en contra del mismo.

"Pero si soy presidente de Estados Unidos, en mi primer día en el cargo revocaremos lo que el presidente está haciendo. Volveremos a imponer sanciones y, de hecho, pediré al Congreso que las aumente y ejerceremos de nuevo una creíble amenaza con nuestra fuerza militar", aseguró Rubio.

Consciente de que se avecina una dura batalla dialéctica con los republicanos hasta que se supere el plazo del día 17, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, pronunció hoy una alocución en defensa de la legitimidad y los efectos del acuerdo.

El jefe de la diplomacia estadounidense subrayó que tanto él como Obama están "convencidos" de que el acuerdo con Irán cumplirá los objetivos marcados, especialmente el de evitar que ese país pueda desarrollar una bomba atómica.

En su intervención en Filadelfia, que duró una hora, Kerry advirtió a los legisladores de que, si rechazan el acuerdo con Irán, se hará "responsable" a Washington de una crisis que "podía haberse evitado" y "el mundo culpará a Estados Unidos" si Teherán decide entonces embarcarse en el desarrollo de un arma nuclear.

"He tenido el privilegio de servir a nuestro país en tiempos de paz y en tiempos de guerra. Y la paz es mejor", concluyó Kerry, veterano de Vietnam.

El acuerdo cerrado este verano en Viena entre Irán, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (China, EEUU, Francia, Reino Unido y Rusia) más Alemania, que forman el Grupo 5, contempla el fin de las sanciones a cambio de una reducción muy significativa de la capacidad de enriquecimiento de uranio de Teherán.