El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, llamó a consultas a su embajador en Colombia, Iván Rincón, por las "agresiones" causadas por el "paramilitarismo" y la "guerra económica", informó hoy la canciller venezolana, Delcy Rodríguez.

"Revisaremos integralmente relaciones con Colombia, en razón de las agresiones que sufre nuestro pueblo por el paramilitarismo y guerra económica", dijo la canciller en su cuenta de Twitter, donde también lamentó que los "avances" de la reunión bilateral del miércoles se vieran "frustrados" por la "soberbia" de las autoridades colombianas.

"Ratificamos al hermano pueblo de Colombia nuestros lazos de amistad y unión basados en una historia común de libertad e independencia!", añadió Rodríguez tras el anuncio.

El llamado a consultas se realiza poco después de que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, también convocara a su embajador en Venezuela, Ricardo Lozano, ante la negativa del Gobierno de Maduro de permitir la entrada al defensor del Pueblo colombiano, Jorge Armando Otálora, a ese país para tratar el tema de los deportados.

Santos indicó que dio instrucciones a su canciller, María Ángela Holguín, para que llame a Lozano y convoque a una reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), cuyo secretario general es el expresidente colombiano Ernesto Samper.

"Queremos contarle al mundo, comenzando con Unasur, lo que está sucediendo, mostrarles lo que está sucediendo porque eso es totalmente inaceptable", dijo el presidente colombiano.

El anuncio del gobernante se hizo después de que se frustrara un encuentro en la frontera entre Otálora y el gobernador del estado venezolano del Táchira, José Vielma Mora, para "iniciar un proceso de verificación" de las propiedades que los deportados dejaron en ese país, según el defensor colombiano.

Vielma Mora por su parte, declaró hoy al canal estatal venezolano VTV que las deportaciones de colombianos que habitaban de manera ilegal en la zona concluyeron sin que se haya producido "ninguna violación de los derechos humanos".

La frontera está cerrada desde el pasado jueves en el puente internacional Simón Bolívar, que comunica a las ciudades de Cúcuta (Colombia) con San Antonio del Táchira (Venezuela) por orden del presidente venezolano, Nicolás Maduro, como parte de una campaña contra el contrabando y supuestos paramilitares.

Esa medida fue tomada después de un ataque de presuntos contrabandistas contra militares de ese país que dejó tres uniformados y un civil heridos y fue complementada el pasado viernes con la declaración del estado de excepción en seis municipios.

Al menos un millar de colombianos que habitaba de forma ilegal -muchos de ellos desde hace varios años- en la zona fronteriza han sido deportados en los últimos días hacia Cúcuta, de acuerdo con datos de Migración de Colombia.

Otros 4.260 colombianos han abandonado Venezuela por temor a correr la misma suerte de sus compatriotas, según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).