El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunió hoy en la Casa Blanca con los líderes de ambas cámaras del Congreso, que estarán controladas por la oposición tras el triunfo republicano en las elecciones legislativas, con un mensaje conciliador para avanzar en la agenda legislativa.

Obama recibió este viernes en la Casa Blanca a más de una docena líderes del Congreso de ambos partidos en un almuerzo para intercambiar ideas sobre los asuntos en los que, pese a la diferencia de enfoque político, creen que pueden colaborar.

El mandatario señaló tres áreas en las que cree que el Congreso puede trabajar unido de inmediato: la aprobación del presupuesto, el apoyo con fondos a los esfuerzos en la lucha contra ébola y la autorización los 5.600 millones de dólares adicionales solicitados para combatir al grupo yihadista Estado Islámico (EI).

El secretario de Defensa, Chuck Hagel, y el general Lloyd Austin, jefe del Mando Central estadounidense, informaron a los congresistas durante el encuentro sobre la campaña contra el EI en Irak y Siria, para la que Obama autorizó hoy 1.500 soldados adicionales para asesorar a las tropas iraquíes y kurdas, no en misión de combate.

Antes de comenzar el almuerzo, que se celebró a puerta cerrada, Obama subrayó que los ciudadanos están "frustrados" por la falta de resultados en el Congreso en los últimos dos años debido a la falta de acuerdos entre republicanos y demócratas, y esperan "ver más cooperación" en la nueva legislatura bajo control republicano.

"Todos nosotros tenemos esa responsabilidad, en particular yo", dijo el mandatario, que aseguró que está dispuesto a trabajar y escuchar las ideas de ambos partidos.

"No voy a juzgar las ideas si vienen de los demócratas o de los republicanos, las voy a juzgar dependiendo de si funcionan o no", afirmó Obama, pues "los estadounidenses quieren ver el trabajo hecho".

El presidente felicitó al líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner, sentado a su derecha, y al senador Mitch McConnell, que lo será de la Cámara Alta, presentes en el almuerzo, que se prolongó durante dos horas.

La oficina de Boehner indicó en un comunicado que el congresista subrayó que la prioridad "continúa siendo el empleo y la economía" y consideró que la construcción del oleoducto Keystone XL para trasladar crudo de Canadá al golfo de México, la contratación de veteranos y las escuelas subvencionadas serían "un buen punto de partida" en enero, cuando forme el nuevo Congreso.

El congresista republicano advirtió que cualquier "acción unilateral" que tome el presidente en materia migratoria "borraría cualquier oportunidad" de que el Congreso realice una reforma migratoria y "dificultaría que el Congreso y la Casa Blanca trabajen juntos en otras áreas de interés común".

A la izquierda de Obama se sentó el actual líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, quien acudió junto con la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, la congresista Nancy Pelosy.

Por el lado demócrata, también acudieron los congresistas Steny Hoyer, Xavier Becerra, así como el senador Charles Schumer, Patty Murray; mientras que por los republicanos los congresistas Kevin McCarthy y Cathy McMorris, además de los senadores John Cornyn; John Thune y John Barrasso.

Los legisladores departieron mientras degustaban un menú compuesto por lechugas variadas, endivias, tomate y pepino con un aderezo especial; seguido de lubina con hierbas y verduras a la plancha confitadas, y de postre tarta de calabaza con crema de vainilla batida y jengibre confitado, según la Casa Blanca

En unas breves declaraciones antes de mantener una reunión con su Gabinete, previa al encuentro con los congresistas, el presidente aseguró que esperaba compartir con ellos lo que considera "necesario hacer para construir aprovechando el impulso económico en el que estamos y hacerlo más fuerte si cabe".

El mandatario señaló que ha trabajado con miembros de ambos partidos en el pasado y que prevé seguir haciéndolo porque "las buenas ideas no tienen por que venir necesariamente de un solo partido".

Obama consideró que hay una "gran posibilidad" de una cooperación bipartita -en temas como el empleo, el fortalecimiento de la industria estadounidense y las exportaciones-, "si dejamos a un lado la política y nos centramos en la gente que nos ha colocado aquí".

Pese a las muestras de buena voluntad por ambas partes tras la noche electoral, las dificultades para llegar a una agenda común están sobre la mesa.

Los líderes republicanos del nuevo Congreso adelantaron al diario Wall Street Journal su agenda legislativa, en la que sitúan entre sus prioridades revocar la reforma sanitaria impulsada por Obama, modificar la política impositiva y reducir la deuda pública.

Sin embargo, ni siquiera mencionan la inmigración, un asunto considerado clave para el actual Gobierno de Obama, que ha advertido que afrontará con medidas ejecutivas antes de finales de año, algo a lo que se oponen los republicanos.