Estados Unidos anunció hoy que se adhiere a la Convención de Ottawa y prohíbe el uso de minas antipersonales, excepto en la península de Corea, informó la Casa Blanca.

En una decisión histórica, adelantada ya en junio con una primera reducción de las reservas de minas, Estados Unidos se compromete no solo a no usar este tipo de armamento, sino también a destruir todos sus inventarios.

"Este anuncio también significa que no asistiremos, apoyaremos o induciremos a otros a usar estas armas, y que tampoco se almacenarán, producirán o transferirán fuera de la Península de Corea", explicó en un comunicado la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.

La única región que queda fuera de estos compromisos será la península de Corea, dividida desde la guerra de Corea (1950-53) entre el norte comunista y el sur capitalista y que aún está técnicamente en guerra por no haberse firmado todavía un tratado de paz, ya que entre ambas partes solo media un armisticio.

La Zona Desmilitarizada (DMZ), que divide ambas Coreas en el paralelo 38, sigue siendo una de las zonas más densamente minadas del mundo.

Estados Unidos mantiene unos 28.000 soldados en Corea del Sur como fuerza disuasoria ante posibles intentos norcoreanos de invasión.

"Las circunstancias únicas de la península de Corea y nuestro compromiso con la defensa de la República de Corea (Corea del Sur) no nos permite cambiar nuestra política de minas antipersonales allí en este momento", explicó en un comunicado la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Caitlin Hayden.

Hayden también destacó que Estados Unidos ha provisto desde 1993 más de 2.300 millones de dólares a programas de desarme y destrucción de arsenales.

Psaki destacó que el compromiso anunciado hoy acerca a Estados Unidos a los compromisos internacionales de la Convención de Ottawa para la eliminación de minas antipersonales, a los que se han adherido 160 países.

El portavoz del Pentágono, el contraalmirante John Kirby, aseguró en un comunicado que el Departamento de Defensa apoya la medida de la Casa Blanca y dejará inmediatamente de usar minas antipersonales, excepto en la península de Corea.

El expresidente Bill Clinton prometió en 1997 que Estados Unidos tomaría medidas para poder unirse al tratado en 2006, pero la administración de George W. Bush suspendió esos avances en 2004, en el momento cumbre de las guerras de Irak y Afganistán.

El presidente estadounidense, Barack Obama, ordenó nada más asumir el cargo, en 2009, revisar la política de los departamentos de Defensa y de Estado sobre el uso de minas antipersonales y las iniciativas de prevención y limpieza de campos minados.

El anuncio de hoy llega justo antes de que Obama se desplace a Nueva York para intervenir en la Asamblea General de Naciones Unidas.