Alrededor de un centenar de personas, entre milicianos y población civil, murieron en las últimas 24 horas en los combates en la localidad de Schastie, en la región ucraniana de Lugansk, indicaron ayer los rebeldes prorrusos.

Schastie, en las afueras de la capital de la región, fue arrebatada por la Guardia Nacional de Ucrania a los insurgentes en el avance de las fuerzas gubernamentales hacia Lugansk, bastión de la rebelión prorrusa, de medio millón de habitantes.

Una amplia zona de la región de Lugansk, incluida su capital del mismo nombre, se ha convertido en las últimas semanas en escenario de los combates más intensos entre los dos bandos.

Por otra parte, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, se declaró ayer "especialmente indignado" por el insulto proferido por su homólogo ucraniano, Andréi Deshitsa, al presidente de Rusia, Vladímir Putin.

El jefe de la diplomacia ucraniana se sumó a los manifestantes que habían atacado la embajada rusa en Kiev, en una ofensiva canción en la que llamaron "cara de polla" al presidente ruso. Agregó que no sabe "cómo podrá relacionarse a partir de ahora" con ellos el ministro ucraniano, señaló un enfadado Lavrov.