Al menos 54 soldados ucranianos murieron ayer a manos de los rebeldes prorrusos, 49 de ellos tras ser derribado un avión militar en Lugansk. El presidente de Ucrania, Poroshenko, declaró luto nacional y prometió "una respuesta adecuada a los terroristas".

Un grupo de al menos dos centenares de manifestantes furiosos bloquearon más tarde los accesos a la embajada rusa en Kiev.

Las fuerzas ucranianas mataron a más de 250 insurgentes prorrusos en las últimas 24 horas, informó el ministro de Defensa.

Por último, Rusia, Ucrania y la UE celebraron anoche en Kiev una reunión para intentar llegar a un acuerdo sobre el abastecimiento y el precio del gas.