Representantes de 53 países africanos examinaron este viernes en París la situación de paz y de seguridad en África, con el objetivo de que en un futuro el continente sea capaz de garantizar su propia estabilidad sin necesidad de ayuda extranjera.

El debate tuvo como marco el Palacio del Elíseo, donde el presidente galo, François Hollande, inauguró esa cumbre franco-africana de dos días en la que participaron también la Comisión Europea, el Consejo Europeo y Naciones Unidas.

"Puede parecer paradójico tener esta reunión en el Elíseo en un momento en que hay una intervención en la República Centroafricana y en que se ha completado otra en Mali. El objetivo es que sean las fuerzas africanas las que puedan garantizar la seguridad, pero todos los oradores han acordado que todavía no es posible, y la cuestión es cómo llegar a ello", indicaron fuentes oficiales.

La financiación y la calidad de los equipos disponibles, según el resumen facilitado sobre el encuentro de hoy, son vistos como los principales escollos de cara a la consecución de un objetivo que ha vuelto a ponerse de actualidad tras la necesidad de que la comunidad internacional actúe para estabilizar la situación en la República Centroafricana.

Francia defiende, según indicó hoy Hollande, que se acabe estableciendo en el continente una fuerza de intervención rápida, que pueda contar con las diferentes unidades nacionales en situaciones de emergencia, y a la que ha ofrecido apoyo en materia de formación.

Las autoridades galas, en concreto, se ofrecieron hoy a formar a 20.000 soldados africanos al año durante un lustro, y poner a consejeros político-militares a disposición de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y de la Comunidad Económica de los Estados de África Central (CEEAC).

Las decisiones de la cumbre no se adoptarán hasta mañana, día de clausura, pero los ponentes, entre los que se encontraban una cuarentena de jefes de Estado y de Gobierno, abogaron también por la necesidad de ratificar el tratado internacional sobre el comercio de armas.

La celebración de un debate sobre el tráfico de drogas en África Occidental dentro del Consejo de Seguridad de la ONU, la apuesta por mejorar la coordinación en el mantenimiento de seguridad en las zonas fronterizas y en la lucha contra la piratería fueron otros de los puntos en los que, según el Elíseo, hubo convergencias.

"Hay que resolver los problemas planteados por la inestabilidad, velar por un crecimiento de calidad, una gobernanza transparente y participativa. Nuestro objetivo común es que todo ser humano en África pueda tener una vida digna", indicó en la apertura el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

Se trata de una cumbre, según Hollande, que es "excepcional" no solo por la importancia de los temas abordados, sino por el contexto en el que se celebra, y la participación de prácticamente todo el continente.

"Hace falta que las decisiones sean excepcionales", añadió el presidente, que con esta nueva incursión en República Centroafricana lanza a su país a su segunda operación africana en un año, tras la iniciada en enero en Mali para frenar el avance hacia Bamako de los grupos salafistas e yihadistas que controlaban el norte del país.

África es, según Hollande, "un continente de futuro, el principal motor del crecimiento mundial, junto con Asia", y por eso esta cumbre ha sido precedida por sesiones de marcado carácter económico, en las que se destacó la voluntad de Francia de duplicar sus intercambios comerciales con el continente en los próximos cinco años.

La ecuación que suma desarrollo y seguridad, según concluyeron los ponentes, es indisociable: "Los riesgos de la inestabilidad existen. Si queremos un desarrollo sostenible, hay que hablar también de seguridad", resumió el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.