Una nueva ola de desplazamientos es cada vez más probable en la República Centroafricana, donde se están produciendo los enfrentamientos armados más graves en ocho meses entre partidarios y detractores del presidente, Michel Djotodia, así como actos de revancha y ataques sectarios, según la ONU.

Aunque es "muy pronto" para ofrecer una evaluación de la situación, la Oficina de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas consideró que "es posible un aumento del desplazamiento".

Antes de este nuevo pico de violencia, que ha llevado al Consejo de Seguridad de la ONU a autorizar una intervención militar internacional en el país, encabezada por Francia y varios países africanos, para proteger a los civiles, la mitad de la población centroafricana (2,3 millones de personas) ya necesitaba ayuda humanitaria y 415.000 se habían desplazado de sus hogares.

Además, esta crisis ha provocado la huida de 68.000 personas a otros países de la región en un año.

Por su parte, la oficina de la Alta Comisaría de la ONU para los Derechos Humanos expresó su preocupación por la situación en la capital de la República Centroafricana, Bangui, y la ciudad de Bossangoa (350 kilómetros al norte), donde ayer se informó de la muerte de más de un centenar de personas, incluidos al menos siete niños.

El portavoz del organismo, Rupert Collvile, dijo que la información que se ha recibido indica que los ataques de ayer fueron cuatro, estuvieron coordinados en igual número de zonas de la capital y se utilizó armamento pesado; en tanto que su autoría se atribuye a las milicias partidarias del expresidente centroafricano François Bozizé.

Estas -denominadas "Anti Balaka"- se formaron recientemente para combatir al grupo Seleka, que el pasado marzo derrocó a Bozizé y llevaron al poder a Djotodia.

Colville afirmó que las milicias "Anti Balaka" "contaron con el apoyo de elementos bien armados, que todavía no están identificados".

En los ataques, varios comandantes de la coalición rebelde Séléka murieron y, como represalia, este grupo entregó a civiles musulmanes armas para atacar a los cristianos.

"Se ha informado de que soldados rebeldes ejecutaron a diez personas en un hospital", señaló el portavoz del organismo de derechos humanos de la ONU.

Asimismo, Colville anunció el envío a la República Centroafricana de una equipo de derechos humanos en los próximos días para reforzar la capacidad de vigilancia y registro de los abusos contra los derechos humanos por cuenta de la ONU.

La tarea, reconoció, no será fácil por la gran inseguridad reinante, que hace muy difíciles los desplazamientos a ciertas zonas sobre las que no se sabe nada, pero donde se teme que también han ocurrido crímenes graves.