El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, calificó hoy de "apropiada y legal" la operación militar llevada a cabo en Libia por Fuerzas Especiales estadounidenses que terminó con la captura de un importante líder de Al Qaeda y la protesta del Gobierno libio.

El Pentágono confirmó la noche del sábado la detención de Abu Anas al Liby, acusado de planificar los ataques en 1998 contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania, durante una operación antiterrorista en la capital de Libia.

El Gobierno libio pidió explicaciones a la administración norteamericana por realizar en su territorio una operación militar sin su conocimiento previo y calificó de "secuestro" la captura del líder extremista.

Kerry, quien asiste hoy y mañana a la cumbre de jefes de Gobierno y Estado del Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC) que se celebra en la isla indonesia de Bali en sustitución del presidente, Barack Obama, dijo que las acusaciones del Gobierno libio son "infundadas", aunque reconoció que Washington no informó del operativo al Ejecutivo local.

Kerry aseguró ayer desde Bali que Estados Unidos "nunca se detendrá" en su lucha contra el terror y que "seguirá tratando de llevar a los terroristas frente a la justicia de manera adecuada con la esperanza de que este tipo de actividades contra todo el mundo paren".

Además de la operación en Libia, militares estadounidenses participaron en una misión "contra un conocido terrorista de Al Shabab" en Somalia, aunque en este caso sin precisar si se produjo alguna detención.

Al Liby figuraba en la lista de fugitivos más buscados por Estados Unidos al menos desde el 2000, cuando un tribunal de Nueva York le acusó de participar en la planificación de los ataques a las dos embajadas de EEUU en África.

El FBI había ofrecido una recompensa de hasta 5 millones de dólares por información que condujera a su captura.