Los buzos del Servicio de Guardacostas recuperaron ayer otros 49 cadáveres de inmigrantes que viajaban en la embarcación que se hundió hace ya cuatro días frente a las costas de la isla de Lampedusa, al sur de Sicilia (Italia), con lo que ya son 180 los fallecidos confirmados en el naufragio. Durante el Ángelus, el Papa Francisco recordó a los fallecidos en el naufragio.

Los últimos cadáveres rescatados se encontraban en avanzado estado de descomposición debido al tiempo transcurrido desde el hundimiento, poco después de iniciarse un fuego con aproximadamente 500 inmigrantes eritreos y somalíes a bordo.

En las tareas de rescate trabajan 40 buzos divididos en pequeños grupos que se turnan, ya que los restos del barco están a unos 47 metros de profundidad, por lo que cada buzo apenas puede estar abajo unos diez minutos, según informan los medios italianos. Tampoco el tiempo ayudó, con fuertes vientos y oleaje que obligaron a suspender las tareas de rescate durante la jornada del viernes.

Ayer visitó Lampedusa la ministra de Integración, Cecile Kyenge, quien se reunió con varios de los supervivientes del naufragio. "Espero que sea la última vez que vengamos a Lampedusa para asistir a esta tragedia", declaró.

La ministra hizo un llamamiento a reflexionar sobre la posición de Italia, sobre las fronteras y el mar. Kyenge pidió que este "drama" no se aborde únicamente desde el punto de vista de Italia, sino "en conjunto con Europa".

Además ha calificado de "sencillamente absurdo" que los supervivientes sean investigados por un delito de inmigración ilegal".