El papa Francisco asegura que trabajará por una Iglesia sin "cortesanos", alejada del narcisismo que ha caracterizado a muchos jefes de la Iglesia y con una organización no solo de arriba hacia abajo sino también horizontal.

Así lo indicó en una entrevista publicada ayer por el diario italiano La Repubblica, en la que afirma que los más afectados por el narcisismo son las personas que tienen mucho poder.

"¿Sabe qué pienso sobre esto? Los cabezas de la Iglesia han sido a menudo narcisistas, adulados por sus cortesanos. La Corte es la lepra del Papado", asevera.

No obstante, puntualiza que esa corte no es la Curia y apunta un defecto de esta: que es "vaticano-céntrica". Así, explica que lo es en el sentido de que mira por los intereses del Vaticano, que siguen siendo en su mayoría temporales, dejando de lado el mundo que la rodea.

"No comparto esta visión y haré todo lo que pueda por cambiarla. La Iglesia debería volver a ser una comunidad de fieles, sacerdotes, pastores y obispos que cuidan de las almas", añade.

Preguntado por si ve que la institución domina a la Iglesia pobre, misionera, el papa declara que no es Francisco de Asís, pero que sí es el papa y que, por ello, ha decidido crear un grupo de ocho cardenales asesores.