La aparición de la soprano china Peng Liyuan como primera dama del país, acompañando a su esposo el presidente Xi Jinping en su viaje oficial a Rusia, ha causado sensación entre los ciudadanos del país asiático, que han elogiado su elegancia y ya la comparan con Carla Bruni o Michelle Obama.

En contraste con el escaso interés que entre los chinos ha generado el nombramiento de Xi como presidente -porque su ascenso ya se sabía desde hace un lustro-, la figura de Peng, de 51 años, ha desatado la admiración, especialmente en las redes sociales.

Minutos después de que los chinos vieran en el telediario nacional de anoche a Peng saliendo del avión presidencial junto a su esposo, a la llegada de ambos a Moscú, los elogios al estilo de la soprano inundaban los foros de internet chinos.

"Por fin tenemos una primera dama presentable en la República Popular", aseguraba un internauta, mientras otros proclamaban su amor por Peng y muchos destacaban que el estilo de la cantante está a años luz de sus antecesoras Liu Yongqing y Wang Yeping (las casi desconocidas esposas de los anteriores presidentes chinos, Hu Jintao y Jiang Zemin).

Peng vestía a su llegada a Moscú un abrigo oscuro de botones cruzados que reafirmaba su delgado talle, y una bufanda azul que hacía juego con la también azulada corbata de su esposo, quien a diferencia de otros líderes chinos raramente usa el rojo en este complemento.

Los espectadores chinos mostraron su sorpresa por ver el austero a la par que elegante nuevo estilo de Peng, a quien estaban acostumbrados a ver con vestidos multicolores y de grandes vuelos, cuando actúa en óperas o galas televisivas.

"Aunque su traje es muy diferente de los que usaba en escena, me encanta", señalaba un internauta en la red de microblogs Weibo, mientras un diseñador de moda hongkonés, William Tang, se deshacía en elogios hacia el estilo conjuntado de Peng y Xi.

"Son unos trajes de bajo perfil, gráciles y cómodos, acompañados de unos peinados simples y ordenados. El bolso de Peng, sus zapatos y los colores de sus bufandas, todo encajaba muy bien", destacó Tang, consultado por el diario "South China Morning Post".

El bolso que llevaba Peng a su llegada a Moscú se ha convertido hoy en uno de los temas más recurrentes en internet: sin logotipo de marca visible, muchos se preguntan de dónde lo sacó la primera dama y cuánto les costaría tener uno igual.

Muchos vendedores avispados han aprovechado la oportunidad y han puesto a la venta vía web fieles reproducciones del bolso de Peng, que según algunos entendidos es de la marca de lujo Tods.

La soprano, algo retirada de los escenarios desde que su marido ascendiera a la vicepresidencia en 2008, hasta parece haber tenido una influencia positiva en la imagen de su marido, quien según los medios chinos es el único político comunista que sabe "vestir bien" desde la época del primer ministro Zhou Enlai (fallecido en 1976), uno de los políticos más populares de la era maoísta.

La atención que Peng ha desatado estos días entre medios y ciudadanos chinos anticipa una nueva era en el tratamiento que en el país asiático se da a la figura del presidente: el "glamour" de la cantante, famosa en el país desde los 80 (mucho antes de que su marido se diera a conocer), va a ser un soplo de aire fresco en la encorsetada política del régimen comunista.

Durante décadas, las esposas de los presidentes chinos han estado en un discreto segundo plano y lejos de las actividades públicas de sus maridos, seguramente por la negativa imagen de esa figura que quedó con Jiang Qing, actriz y cuarta esposa de Mao Zedong.

Jiang, que comparte pasado artístico con Peng, fue juzgada tras la muerte de Mao como parte de la "Banda de los Cuatro" a la que se consideró culpable del caos de la Revolución Cultural, y acabó sus días en la cárcel (primero fue condenada a muerte pero la sentencia se conmutó a cadena perpetua), donde se suicidó en 1991.

En menor medida, Zhang Peili, la esposa del recién retirado primer ministro Wen Jiabao, arrastra una leyenda negra a sus espaldas: geóloga de profesión como su marido, las malas lenguas la acusan de haberse enriquecido monopolizando el negocio nacional de los diamantes.

Para encontrar en la historia del país asiático un ejemplo positivo similar al de Peng hay que remontarse a la República de China, el régimen anterior al fundado por Mao.

En aquel entonces, la esposa del presidente y "generalísimo" Chiang Kai-shek, Soong May-ling, deslumbraba dentro y fuera del país por sus elegantes vestidos tradicionales "qipao", además de su inteligencia y su dominio del inglés.