El presidente chino, Hu Jintao, advirtió ayer de que si el Partido Comunista no lucha contra la corrupción afrontará "su caída y la del Estado", en su discurso de apertura del XVIII Congreso de esta formación, del que saldrán los nuevos dirigentes del país.

En su discurso de una hora y media, con el que comenzó el cónclave quinquenal del Partido Comunista de China (PCCh) en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, el jefe de Estado y secretario general de la formación enumeró los problemas que afronta el país, desde el desequilibrio económico entre las ciudades y el medio rural hasta cuestiones medioambientales.

Hu hizo especial hincapié en la lucha contra la corrupción, el problema que, según las encuestas, los ciudadanos consideran la mayor amenaza contra la estabilidad social en el país y que fue la cuestión de fondo en los escándalos que rodearon los preparativos del Congreso este año.

El protagonista principal de estos escándalos fue el dirigente caído en desgracia Bo Xilai, al que el PCCh expulsó el pasado septiembre tras acusarle de corrupción grave, entre otros cargos, y cuya esposa fue declarada culpable del asesinato el año pasado del empresario británico Neil Heywood.

Aparentemente en referencia a Bo, antiguo secretario general del PCCh en la ciudad de Chongqing (centro), Hu afirmó: "Tenemos que mantener en todo momento una postura bien severa en el castigo a la corrupción, investigar y sancionar resueltamente los casos de importante cuantía y gravedad y solventar los problemas de corrupción ocurridos ante los propios ojos de las masas".

"Castigaremos sin clemencia a cualquier persona involucrada, sea cual fuere su poder o su cargo, siempre que viole la disciplina del Partido y las leyes del Estado", agregó el presidente chino.

Supervisión

Anunció un aumento de la supervisión sobre el ejercicio de los poderes por parte de los dirigentes, medidas para evitar conflictos de intereses y un refuerzo de la cooperación internacional contra la corrupción.

Instó también a los dirigentes del partido a "autodisciplinarse" y controlar a sus familiares y colaboradores, "sin permitirse en absoluto ostentar privilegios". El pasado 26 de octubre, el diario "The New York Times" divulgó que la familia del primer ministro, Wen Jiabao, acumula una fortuna de 2.700 millones de dólares, algo que el jefe de Gobierno negó con vehemencia.

La lucha contra los sobornos representa "una cuestión política de capital importancia", pues si el problema no se soluciona adecuadamente "dañaría fatalmente al Partido y le arruinaría a él y al Estado", subrayó Hu.

Según una encuesta realizada en las principales ciudades chinas y publicada el miércoles por el diario oficialista "Global Times", siete de cada diez personas creen que el Gobierno debe someterse a un mayor escrutinio por parte de la población y adoptar un mayor control contra la corrupción.