Los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, tres de los más afectados en EEUU por el paso de "Sandy", luchan desde ayer por recuperar la normalidad tras la catástrofe que causó esa tormenta, que dejó un reguero de caos, destrozos multimillonarios y al menos 39 muertos.

La noche del lunes al martes quedará en la memoria de los 19 millones de habitantes de esa área, que sufrieron vientos, inundaciones y pérdidas de electricidad a niveles récord. El área que comprende esos tres estados de la costa este de EEUU amaneció ayer convertida en una enorme zona de guerra llena de inundaciones, edificios dañados, árboles caídos y propiedades e infraestructuras destruidas.

Casi cuatro millones de personas de esos estados se quedaron sin electricidad, en algunas zonas no funcionan los teléfonos (los cables de ambos servicios fueron derribados por ramas o árboles caídos) e incluso ni agua potable.

La tormenta causó una "devastación inimaginable" en la costa de Nueva Jersey, dijo el gobernador de ese estado, Chris Christie, mientras que su homólogo de Nueva York, Andrew Cuomo, y el alcalde de la Gran Manzana, Michael Bloomberg, hablaron de "catástrofe". La misma área ya sufrió el empuje, aunque menor, de la tormenta tropical "Irene" hace catorce meses.

Cuomo afirmó que el "heroísmo" de los servicios de rescate impidió que la cifra de víctimas fuera mucho mayor. Su estado sufrió 18 muertos, mientras que hubo tres en Nueva Jersey y dos en Connecticut.

Durante la jornada, equipos de emergencia civiles y militares se afanaron, sobre todo en Nueva Jersey, por acudir a las zonas inundadas para sacar a la gente atrapada en sus hogares. En una zona costera llena de ríos, islas, estrechos y canales, y con centenares de miles de viviendas construidas en zonas bajas o junto a las playas, la subida récord de las aguas tuvo las consecuencias destructivas que los meteorólogos y autoridades prevían.

Las zonas suburbanas también se vieron muy afectadas, ya que la caída de árboles no solo causó la mayor parte de las víctimas, sino que derribó los cables del tendido eléctrico y telefónico, destruyó casas y automóviles o afectó al tráfico y la llegada de servicios de emergencia.

Colas en las gasolineras

Algunas gasolineras tuvieron colas de centenares de metros de clientes que quisieron comprar combustible para los generadores domésticos de electricidad.

La ciudad de Nueva York comenzó a recuperar algunos servicios, pero la vuelta a la normalidad en esta metrópoli de más de ocho millones de habitantes necesitará muchos días. El daño más espectacular en la ciudad fue el incendio que calcinó totalmente unas cien viviendas de Breezy Point, en el barrio de Queens.

Ayer se reanudó el tránsito por los puentes, cerrados el lunes por los fuertes vientos, mientras que varios túneles continuaban cerrados por las inundaciones. El metro no podrá abrir en unos cinco días, ya que muchos de sus túneles quedaron anegados, si bien algunos autobuses comenzaron ayer a operar gratuitamente.

"Sandy" causó el caos y la mayor destrucción en el transporte público de la ciudad en sus 108 años de historia.

Los barrios neoyorquinos de Manhattan y Brooklyn volverán a tener electricidad dentro de cuatro días, si bien tardarán "al menos una semana" en restablecer por completo el servicio a todas las áreas afectadas.

Los aeropuertos internacionales J.F. Kennedy y de Newark reabren hoy, mientras que La Guardia permanecerá cerrado debido a las inundaciones en sus pistas.

La bolsa de Nueva York vuelve a abrir con normalidad hoy, y lo mismo se espera de las sedes de algunas importantes empresas, pero las 1.700 escuelas públicas de la ciudad, que tienen 1,1 millones de estudiantes, seguirán cerradas.