El enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Ladjar Brahimi, se entrevistará con el presidente de Siria, Bachar al Asad, según confirmó ayer el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon. El secretario general abogó, una vez más, por que las dos partes involucradas en el conflicto cesen la violencia, que los países con influencia actúen para propiciar un alto el fuego y que se inicie un diálogo para encontrar una solución política al conflicto sirio, que se ha cobrado ya más de 15.000 muertos, según la ONU. El conflicto en Siria ha provocado también el éxodo de 250.000 personas, que se han refugiado en países vecinos, mientras que otros 2,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria para vivir, de las cuales 1,5 millones huyeron de sus hogares y son ahora desplazados internos. Entre tanto, un equipo de la Organización Mundial de la Salud que visitó Homs la semana pasada aseguró ayer que más de 550.000 personas necesitan ayuda humanitaria solo en esta ciudad. A su vez, en la jornada de ayer, las fuerzas leales al presidente sirio, Bachar al Asad, bombardearon intensamente con aviones y tanques la ciudad de Alepo y varias zonas de la provincia de Hama, según la oposición, que denunció la muerte de más de sesenta personas. Por otro lado, un grupo de representantes de la oposición siria criticó ayer en el Parlamento Europeo a la comunidad internacional por no hacer más para proteger a los civiles en el conflicto y pidió una intervención militar extranjera o la entrega de armas a los rebeldes.