La Unión Europea (UE) ha instado al conjunto de la clase política e Grecia a apoyar el nuevo paquete de ajustes y el plan de privatizaciones del país como único camino para continuar recibiendo el apoyo exterior y evitar las terribles consecuencias que acarrearía una bancarrota.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE repitieron esta idea de manera insistente en las distintas declaraciones que hicieron esta tarde en el marco de la cumbre de dos días que comenzó hoy en la capital belga, con la crisis griega como telón de fondo.

"No hay un plan B", advirtió el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, antes de participar en la reunión.

La UE exige que la clase política griega escenifique su apoyo al programa de asistencia financiera internacional mediante la aprobación parlamentaria de las nuevas medidas de ajuste por valor de 28.000 millones de euros, en una votación prevista para el próximo martes.

Sin embargo, el líder de la oposición helena, el conservador de Nueva Democracia Antonis Samaras, rechaza las medidas impulsadas por el Gobierno del socialista Yorgos Papandreu, por considerar que Grecia necesita una política distinta a la consolidación fiscal "que garantice que la economía se recupera", tal y como él mismo expresó tras asistir a la reunión del Partido Popular Europeo (PPE), previa a la cumbre.

Muchas de las declaraciones de los líderes iban encaminadas vencer la resistencia de Samaras en este sentido, apelando a su sentido de la responsabilidad.

La canciller alemana, Angela Merkel, instó a la oposición griega a "hacer honor a su responsabilidad histórica" y a aprobar las medidas; mientras que la líder lituana, Dalia Grybauskaité, llegó a decir que la clase política helena se había comportado de manera irresponsable en el pasado.

El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, consideró que "es muy importante que cualquier político griego sea responsable porque hay mucho por hacer en Grecia".

Sin embargo, Papandréu pidió a la UE que muestre un "compromiso firme" con su país, pues este gesto permitiría impulsar un voto favorable del Parlamento griego, la próxima semana.

"Creo que si hay un fuerte compromiso de la UE también habrá un fuerte compromiso del Parlamento griego y podremos avanzar juntos", dijo.

En este sentido, los líderes comunitarios tratan de pactar una declaración de apoyo explícito a Grecia durante la cumbre, aunque según las primeras versiones, el texto no hará mención explícita al próximo desembolso de ayuda y sí mencionará la necesidad de que las fuerzas políticas griegas escenifiquen su apoyo al programa como condición previa de acceso al dinero.

Otras fuentes explicaron que el texto será más general y aludirá a la situación de los otros países rescatados (Irlanda y Portugal).

Papandréu mantuvo una reunión previa a la cumbre con algunos líderes comunitarios en la que afirmó que el Gobierno de Atenas "cumplirá sus compromisos" y garantizó el respaldo parlamentario a las medidas de ajuste, indicó una fuente comunitaria.

Asimismo, las fuentes consultadas explicaron que no deben esperarse decisiones relacionadas con el próximo desembolso de ayuda o el diseño del segundo plan de rescate para Grecia durante la cumbre, pues el calendario en este sentido pasa primero por superar la votación parlamentaria del próximo martes.

Una vez superada esta votación, el desbloqueo del quinto tramo y la concreción del segundo plan de asistencia a Grecia, más allá del rescate de 110.000 millones adoptado en mayo de 2010, corresponderá a los ministros de Finanzas durante las reuniones que celebrarán en la primera quincena de julio.

Pese a los avances logrados tras el acuerdo franco-alemán para integrar la contribución del sector privado en el rescate, el punto más difícil continúa siendo la implicación de bancos, aseguradoras y fondos de pensiones en el mismo.

Los países europeos avanzaron ayer sobre este último punto, al pedir a los grandes tenedores de deuda de Grecia que se impliquen en el segundo rescate del país, una iniciativa en la que participó la vicepresidenta segunda del Gobierno español, Elena Salgado, quien convocó a los altos directivos de las grandes entidades españolas para pedirles apoyo en el rescate griego.

Mientras tanto, las dudas sobre Grecia volvieron a lastrar los mercados, con pérdidas generalizadas e importantes en las principales bolsas europeas.