El Consejo de Ministros griego aprobó ayer el proyecto de ley que contiene el impopular conjunto de medidas de austeridad y privatizaciones por valor de 78.000 millones de euros. El proyecto de ley deberá llegar al pleno del Parlamento el lunes o martes y ser sometido a votación para su aprobación el jueves de la próxima semana, según indicó el ministerio en un comunicado.

En el Consejo de Ministros el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, presentó a sus ministros las propuestas de ley que acompañan el paquete de medidas, y en la reunión se decidió que el viernes sean enviadas a la comisión de Finanzas del Parlamento.

El ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, anunció que se reunirá hoy con los jefes de la misión de la UE, el FMI y del Banco Central Europeo (BCE) en Atenas.

La versión final del proyecto de ley con las medidas que deberá votar el Parlamento heleno se espera que sea publicada hoy.

El Eurogrupo acordó la concesión a Atenas del quinto tramo de ayudas internacionales de 12.000 millones de euros, pero supeditó su entrega a la aprobación por el Parlamento griego de la ley que permitirá poner en marcha el nuevo plan de ajuste antes del 3 de julio.

Tras el voto de confianza del martes, logrado en solitario por la mayoría de diputados socialistas, Papandréu y Venizelos se aprestan ahora a cumplir las exigencias de la UE, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Venizelos mantuvo ayer dilatadas reuniones en Atenas con los supervisores de la "troika" para dar los últimos toques a las leyes sobre las medidas que presentará hoy a la comisión de trabajo del grupo parlamentario socialista.

Algunos socialistas se están alejando del proyecto de ley, como un diputado por la región de Kozani (norte de Grecia), quien el martes otorgó su voto a favor del Gobierno, aunque ayer declaró que no aprobará las medidas. Es el segundo desertor del PASOK en 48 horas.

Y es que las medidas a asumir por Grecia en los próximos cuatro años son de máxima severidad, cuya justicia social ha sido puesta en duda incluso por el propio Venizelos.

"Existe un problema de balance moral de las medidas y de justicia interior", reconoció el nuevo ministro de Finanzas el martes.