Miles de manifestantes griegos se han congregado esta noche en las afueras del Parlamento griego en Atenas, donde el nuevo gobierno del socialista Yorgos Papandréu espera obtener esta medianoche el voto de confianza.

La votación es crucial, pues el Ejecutivo, formado tras una remodelación del gobierno de Papandréu, deberá adoptar antes de fin de mes un nuevo paquete de medidas impopulares para convencer a sus socios europeos de ser dignos de recibir un nuevo trámite del rescate externo para evitar la bancarrota del país.

La congregación comenzó en la tarde de este martes con los "indignados" que, al igual que vienen haciéndolo a diario desde hace casi un mes, protestan de forma pacífica en la plaza ateniense de Sitagma, blandiendo banderas nacionales y extranjeras, y "para presentar un voto de desconfianza", como lo han planteado en el ciberespacio.

Junto a ellos, se han acercado miles de trabajadores convocados por el sindicato de funcionarios públicos, que llevaron a cabo una manifestación contra el proyecto del Gobierno de privatizar compañías estatales y reducir en un 25% la cifra de empleados del Estado hasta 2015.

Las calles de acceso al centro de Atenas están cerradas desde esta tarde y numerosos policías se encuentran apostados en las puertas del Parlamento para evitar incidentes.

Los "indignados" vitorean contra el edificio y gritan "que se vayan los ladrones", mientras que los trabajadores protestan contra las medidas "impopulares" del Gobierno.

Los indignados decidieron hoy no rodear el Parlamento para evitar que se repitan los disturbios del pasado miércoles, cuando durante una manifestación en ocasión de la tercera huelga general de este año, se ocasionaron disturbios en la plaza de Sintagma entre radicales y la policía.

En su página web, el movimiento griego "Democracia ya" declara que el voto de desconfianza contra el Gobierno es un mensaje de que "los que crearon el problema no pueden solucionarlo".