La incertidumbre y el miedo son los sentimientos que predominan entre las alrededor de 9.000 personas que se alojan hoy en los campos de refugiados en Turquía, junto a la frontera con Siria.

Los 250 sirios que decidieron el miércoles regresar a su país son una excepción entre los refugiados que ya se encuentran en Turquía y los miles más que se agolpan del lado sirio de la frontera, indecisos entre la invitación de Damasco para que vuelvan a casa y el miedo a la represión por parte del régimen.

El Gobierno turco se prepara para un posible aumento del flujo de sirios que huyen de la represión del régimen de Bachar al Asad y planea establecer un quinto campo de refugiados en la población de Reyhanli, en un área usada para descansar por los peregrinos que van o regresan de La Meca.

El ministro turco de Exteriores, Ahmet Davutoglu, que visitó ayer los campamentos, dijo hoy que ha visto el miedo en los ojos de los sirios alojados en tiendas de campaña y pidió a Damasco que acelere las reformas de forma que cambie la percepción del Gobierno sirio tanto entre la población siria como en la comunidad internacional.

En cualquier caso, el principal dilema entre los sirios es si volver y afrontar el riesgo de represalias o permanecer en precarias condiciones en los campos o, aún peor, en los bosques cercanos a la frontera.

Uno de los refugiados en el campo de Guvecci, que rehusó desvelar su nombre, explicó que acudir a los campos es aún peligroso.

"Si se dan a conocer nuestras caras o nuestros nombres, puede que nos maten a nuestro regreso", aseguró.

Otro refugiado cuenta que las fuerzas sirias capturaron en la frontera a gente que trataba de escapar del país y les obligaron a confesar que se estaban pasando armas de contrabando de Turquía a Siria.

Sin embargo, la veracidad de las historias es difícil de comprobar y el contacto con los refugiados resulta muy difícil para la prensa.

Además, reporteros de la agencia semioficial Anadolu y de la televisión estatal turcas aseguraron hoy que las autoridades sirias les habían permitido entrar en la ciudad fronteriza de Yisr al Shogur, asediada por las tropas sirias durante días, y negaron que éstas hayan actuado allí con brutalidad.

"Lo que hemos visto en Yisr al Shogur desmiente la mayoría de las historias que se han contado", ha relatado Anadolu, que informó de que la ciudad estuvo bajo control de grupos armados durante tres días y que todos los edificios públicos, como oficinas de correos, hospitales, comisarias y juzgados, han sido destrozados.

En los últimos días se han sucedido las informaciones sobre ataques con tanques y helicópteros por parte de las fuerzas sirias contra Yisr al Shogur, en una operación de represalia por la presunta muerte de varios soldados a manos de los rebeldes.

El propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, mostró este lunes a través de un portavoz su "preocupación" ante la violencia en Siria y se refirió a los acontecimientos en Yisr al Shogur y al "elevado número de víctimas que ha dejado entre la población civil".

De hecho, es justo esa operación de castigo en la región de Yisr al Shogur la que ha provocado el éxodo masivo hacia la frontera, una huida ante la que Turquía ha insistido que reaccionará con solidaridad y sin cerrar en ningún caso la frontera.

El jefe del Gobierno turco, Recep Tayyip Erdogan, está tratando de jugar la baza de sus buenas relaciones con Asad para mediar en el conflicto.

Sus mensajes han ido subiendo de tono hasta llegar a calificar de "brutalidad" lo que está ocurriendo en Siria. Con todo, aseguró que ayer mantuvo una larga conversación con Asad, con el que trató la necesidad de reformas en el país y de acabar con la violencia contra la población civil.

Además, otra causa de preocupación es ahora el riesgo de enfrentamientos entre las poblaciones suní y alauí del lado turco de la frontera, como los que se registraron en Turquía en la década de 1970.

Los suníes están siendo especial objeto de represión por parte del régimen de Asad, dominado por alauíes.

"Hay gente que trata de provocar la confrontación. Estamos siguiendo los acontecimientos con preocupación", declaró hoy Mithat Nehir, alcalde de la ciudad de Samandag, cerca de la frontera siria.

Por otra parte, el Gobierno turco concedió permiso a la actriz estadounidense Angelina Jolie para que visite mañana los campos de refugiados sirios como embajadora de buena voluntad de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.