La Organización de Estados Americanos (OEA) ultima hoy los preparativos de su 41 Asamblea General, que tendrá lugar del 5 al 7 de junio en El Salvador con el tema de la seguridad ciudadana de fondo.

Las delegaciones de cancilleres llegarán este sábado a la capital salvadoreña para participar en esta Asamblea, que se inaugurará oficialmente mañana, y en la que no se espera que haya un tema paralelo que la ensombrezca tras la reincorporación de Honduras esta semana al organismo.

Honduras fue suspendido el 4 de julio de 2009 después de las infructuosas gestiones diplomáticas de la comunidad internacional para reinstaurar el orden democrático tras el golpe de estado del 28 de junio de ese mismo año que derrocó al presidente Manuel Zelaya.

La OEA votó por mayoría su reincorporación, con la única oposición de Ecuador, después del acuerdo suscrito entre Zelaya y el presidente Porfirio Lobo, auspiciado por Colombia y Venezuela, para garantizar el regreso a territorio hondureño de Zelaya, exiliado en República Dominicana.

La vuelta de Honduras a la OEA era un aspecto importante en esta reunión puesto que la violencia vinculada al narcotráfico y el crimen organizado ha aumentado en Latinoamérica, en particular en Centroamérica, y las autoridades salvadoreñas buscan el apoyo de todos los países para aprobar una resolución capaz de afrontar este problema.

Esta es la segunda vez que El Salvador acoge una Asamblea General de la OEA, ya que en noviembre de 1988 albergó la edición número XVII que estuvo dedicada a la lucha contra el narcotráfico.

El presidente salvadoreño, Mauricio Funes, quiere que de este encuentro salga un compromiso firme para abordar de manera conjunta el problema de la inseguridad.

El Salvador ha presentado un proyecto de declaración que tendrán que discutir y votar los países miembros que incluye un plan de acción para que lo acordado durante la Asamblea se traduzca en "acciones concretas".

El representante de El Salvador ante la OEA, Joaquín Maza, explicó en una rueda de prensa previa en Washington que este plan es un "refuerzo político" para asegurarse de que el tema de la seguridad "entra en la agenda política de nuestros Estados".

"La expectativa es tener resultados concretos porque solamente con declaraciones no vamos a enfrentar el tema del crimen de las organizaciones trasnacionales en nuestra región", afirmó el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.