La jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, y el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, condenaron hoy el asalto contra instalaciones de la ONU en la ciudad afgana de Mazar-i-Sharif, en el que murieron al menos a once personas.

El portavoz de Ashton, Michael Mann, indicó en un comunicado que la alta representante está impresionada por la noticia de que una turba que se manifestaba en contra de la quema de un Corán en una iglesia estadounidense el pasado 20 de marzo asaltó esa sede de la organización, asesinó a varios trabajadores y prendió fuego al edificio.

"Este es otro ejemplo desafortunado de cómo la ignorancia, la intolerancia y una agresión sin sentido pueden convertir en víctimas a personas completamente inocentes, cuyo único propósito era ayudar a Afganistán a avanzar hacia un futuro más brillante", comentó Mann.

Garantizó que la UE seguirá apoyando la labor "esencial" que la ONU realiza en Afganistán y expresó sus "más profundas condolencias" a las familias de las personas muertas en este "trágico ataque".

Por su parte, en un comunicado en nombre de los países de la Alianza Atlántica, Rasmussen manifestó su "firme condena" al asalto y trasladó sus condolencias a las familias de las víctimas y a las Naciones Unidas.

"Las víctimas de estos ataques están dedicadas a la ayuda al pueblo afgano para construir unas vidas mejores", destacó.

Agregó que, al tomar a estas personas como objetivos, los manifestantes "han demostrado un terrible desprecio por lo que la ONU y la comunidad internacional está tratando de hacer en beneficio de todos los afganos".

Tras la oración del viernes, varios miles de personas se concentraron hoy frente a la sede que la misión de la ONU en el país (UNAMA) tiene en Mazar-i-Sharif, la ciudad más importante del norte afgano, y tras lanzar proclamas comenzaron a apedrear las instalaciones.

Mazar-i-Sharif está en una zona donde existe una amplia presencia de la minoría uzbeca y lejos del sur y el este, los bastiones tradicionales de los talibanes, quienes ya han atacado en el pasado a funcionarios y sedes de distintas organizaciones internacionales.