El vicario apostólico en Libia, el obispo Giovanni Innocenzo Martinelli, informó hoy de que por lo menos cuarenta personas han muerto en un bombardeo de la coalición internacional sobre Trípoli y que las bombas arrojadas alcanzaron también varios hospitales de la capital libia.

"Los llamados ''bombardeos humanitarios'' han causado decena de víctimas entre civiles en algunos barrios de Trípoli. En particular, en el de Buslim se ha destruido une edificio civil y se ha causado la muerte de 40 personas", dijo Martinelli a la agencia vaticana Fides desde Trípoli, ciudad en la que permanece al frente de la pequeña comunidad católica libia.

El prelado agregó que ayer fueron alcanzados por los bombardeos varios hospitales de Trípoli, uno de ellos en el barrio de Misda, en el sur de la capital.

"Aunque es cierto que los bombardeos están dirigidos sólo a golpear objetivos militares, es también cierto que golpean a objetivos que están en medio de barrios civiles, alcanzado a la población", añadió el obispo.

El Vicario Apostólico agregó que la situación en Trípoli es cada día "más difícil".

"La escasez de carburante se ha agravado, como lo demuestran las colas interminables de automóviles en las gasolineras. En el plano militar parece que hay un ''impasse'', ya que, al parecer, los rebeldes no tienen la fuerza suficiente para avanzar", destacó el prelado.

Martinelli insistió en que la solución diplomática es el "camino maestro para poner fin al derramamiento de sangre entre los libios", además de ofrecer a Gadafi "una salida digna".

El obispo católico dijo también que la reciente deserción de ministro libio de Exteriores y es jefe de los servicios secretos, Musa Kusa, se interpreta como la señal de "fuertes divisiones internas en el régimen".

"Musa Kusa era uno de los pilares del poder. Su deserción tal vez se deba a la línea contradictoria que asumió la pasada semana frente a la ONU", señaló el obispo.