El presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó hoy que el líder libio, Muamar el Gadafi, acabará "abandonando el poder".

En una entrevista concedida a la cadena de televisión NBC, Obama aseguró que la estrategia de los aliados es aplicar una presión firme sobre el régimen libio de modo que Gadafi acabe renunciando.

En sus declaraciones, el presidente de EEUU indicó que no excluye suministrar armamento a la oposición libia, aunque, subrayó, "no digo tampoco que es lo que vayamos a hacer".

"Estamos evaluando lo que las fuerzas de Gadafi van a hacer", indicó Obama, tras recordar que en los nueve días que lleva en curso la intervención militar, "hemos degradado de manera significativa" las capacidades de las fuerzas del régimen libio.

"La pregunta es si llegamos al momento en el que estas capacidades están lo suficientemente degradadas para que no sea necesario armar a la oposición", indicó, antes de subrayar que "en la actualidad, no excluimos opción alguna".

Obama, que la pasada noche ofreció un discurso para explicar los motivos de la intervención, reiteró los objetivos principales de las operaciones son la protección de la población civil y el establecimiento de una zona de exclusión aérea.

Estratégicamente, la meta es "que Gadafi abandone el poder", algo que no se ha incluido en los objetivos militares de la operación y que se busca conseguir mediante medidas políticas como la imposición de un embargo de armamento y la congelación de bienes al régimen.

En su discurso la pasada noche en la Universidad Nacional de Defensa, en las afueras de Washington, el presidente buscó dar explicaciones a un pueblo estadounidense confuso y poco interesado, según las encuestas, en una nueva operación militar, la primera guerra que lanza Obama.

Obama defendió la urgencia moral de una intervención que ha salvado "numerosas vidas" y ha "conseguido detener el avance mortal" de las tropas del líder libio, Muamar el Gadafi.

Mantenerse al margen, sostuvo, "hubiera acarreado un gran precio" y "hubiera traicionado lo que somos", en momentos en los que Gadafi amenazaba con entrar a sangre y fuego en los últimos reductos rebeldes.

"Algunos países pueden ser capaces de hacer la vista gorda ante las atrocidades en otras naciones. EEUU es diferente. Y, como presidente, rechacé esperar a ver las imágenes de matanzas y de fosas comunes antes de tomar medidas", subrayó.