En las cercanías del reactor uno de la central nuclear de Fukushima-1, el agua contiene yodo radiactivo. No sólo eso, sino que los niveles exceden más de 3.300 veces la cantidad establecida por Ley. Se supo este miércoles, el mismo día en el que más de cien personas se manifestaron contra la energía atómica ante la sede de Tokio Electric Power Co. (TEPCO), que gestiona la planta nipona.

Hay yodo radiactivo en el agua cercana al reactor número uno de Fukushima-1. No sólo eso, sino que la cantidad excede más de 3.300 veces los niveles legales. Lo anunció este miércoles Hidehiko Nishiyama, vicedirector de la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón.

Los efectos sobre la población no serán tan graves, dijo, porque se ha detenido la actividad pesquera, lo que se une a la evacuación de los habitantes en un radio de 20 kilómetros en torno a la planta. "El yodo-131 tiene una vida media de ocho días, incluso considerando su alto grado de concentración en la vida marina, se habrá deteriorado considerablemente cuando haya alcanzado a la gente", explicó.

TEPCO busca la forma de almacenar el agua contaminada y de destruir las sustancias radiactivas. Los métodos convencionales quedan descartados, ya que no serían eficaces, dada la magnitud de la emergencia. La sede de esta compañía, situada en Tokio, fue el centro de una concentración antiatómica el mismo miércoles.

Más de cien personas se manifestaron por "el fin de la energía nuclear", explicaron a Reuters testigos de los acontecimientos. No se sabe si llegará ese final, lo que sí es seguro es que todos los reactores de la central de Fukushima-1 serán desmantelados. "Creo que está muy claro desde el punto de vista de la sociedad", dijo Yukio Edano, portavoz del Gobierno, a Kiodo.

El presidente ejecutivo de TEPCO, Tsunehisa Katsumata, señaló que, al menos, los reactores 1 y 4 quedarán desmantelados, "teniendo en cuenta sus condiciones objetivas". Antes de proceder, la compañía y el Gobierno tienen que controlar el sobrecalentamiento, por lo que hará falta tiempo hasta que los evacuados puedan retornar a sus hogares.

Katsumata asume ahora el papel de máximo ejecutivo de la empresa, ya que su presidente, Masataka Shimizu, sufre problemas de salud, hasta el punto de que ingresó este martes en el hospital, víctima de mareos e hipertensión. Lejos de las posibilidades que se habían barajado, eran estos síntomas los que lo han mantenido distanciado del gabinete de crisis de la compañía y el Gobierno.

Las acciones de la empresa han registrado un desplome del 71 por ciento desde que se reanudaron las operaciones en la Bolsa de Tokio. De hecho, en la última sesión, sus títulos volvieron a caer un 17,67 por ciento, hasta un precio mínimo de 466 yenes por acción, a pesar de que el Ejecutivo había desmentido que esté preparando un plan para nacionalizar la ''utility''.

INDUSTRIA PONE EN MARCHA MEDIDAS PREVENTIVAS

Con la experiencia de lo acaecido en Fukushima-1, el Ministerio de Industria reclama medidas urgentes para evitar que haya una pérdida de electricidad en los reactores si un tsunami los golpea. Éste es "el primer paso" para reforzar la seguridad de las plantas nipones, dijo Banri Kaieda, titular de Economía.

Esta medida, la primera de un paquete en el que trabaja el Ejecutivo, se aplica a 44 reactores comerciales operativos en estos momentos. También al reactor prototipo Monju, según las fuentes de la Agencia de Seguridad Nuclear citadas por Kiodo. La Agencia comprobará a finales de abril si se han tomado las medidas exigidas.

La misma Kiodo aseveró, basándose en testimonios gubernamentales, que el Gobierno japonés estudia la posibilidad de limitar el uso de electricidad de las grandes empresas. Así, pretende evitar la falta de suministro que se prevé para este verano ante la pérdida de capacidad productiva de TEPCO.

Si esto no fuera suficiente para suplir la anticipada carestía eléctrica de este verano, se aplicará una restricción a las grandes fábricas durante las horas puntas del día.

UN TOTAL DE 11.232 MUERTOS REGISTRADOS

El terremoto de nueve grados del 11 de marzo y el tsunami que azotí después la costa noroeste de Japón se cobraron 11.232, o, al menos, ésos son los fallecimientos registrados. Son datos de la Agencia Nacional de Policía, recogidos por Kiodo.

Las prefecturas más afectadas son las de Miyagi, Fukushima e Iwate. De hecho, un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Yokohama y de la Universidad de Tokio comprobaron que las olas en la ciudad de Ofunato, situada en este último territorio, alcanzaron una altura de hasta 30 metros, según informa la cadena NHK.

Los expertos llegaron a esta conclusión después de encontrar numerosos peces sobre la superficie del acantilado de Ryori, de 29,6 metros de altura. Creen que la forma de la bahía pudo favorecer que el oleaje alcanzara tal magnitud.